Todas las grandes verdades comienzan por ser blasfemias.
George
Bernard Shaw
Es usted un hombre inteligente pero creo que debo recordarle que quien intenta cambiar el mundo normalmente fracasa por una razón simple pero inevitable: las demás personas.
Black Sails, 2x01
¿Puede un humilde ginecólogo y obstetra convertirse en
un héroe?. Hoy vamos a ver que sí.
Durante la historia humana cientos de millones de
hombres han muerto combatiendo en conflictos bélicos. También muchas mujeres han muerto debido a ese tipo de enfrentamientos pero, dado que la guerra ha
sido preferentemente una actividad masculina, han sido los hombres los más
afectados por la mortalidad derivada de la misma a lo largo de la historia.
Y sin embargo el porcentaje de hombres y mujeres a lo
largo de la historia se ha mantenido más o menos equilibrado en torno al
cincuenta por ciento para cada sexo. Esto se explica debido a que, al margen de
prácticas sociales como el infanticidio femenino en sociedades agrícolas, una de las respuestas de la naturaleza para nivelar demográficamente el número de
hombres y mujeres en la sociedad ha sido la altísima mortalidad sufrida por las
mujeres al dar a luz. Al menos hasta bien entrado el s. XX.
Más en extenso, durante la mayor parte de la historia el
régimen demográfico imperante implicaba en general altas tasas de mortalidad
para la población producto de guerras, enfermedades y hambrunas. Por tanto, de
cara a simplemente compensar lo anterior y mantener los niveles de población
estables o en lento crecimiento, era necesario que cada mujer diese a luz
múltiples veces a lo largo de su vida. Algo que por otra parte era casi inevitable habida cuenta de la falta de medios
anticonceptivos fiables hasta tiempos recientes. Pues bien, cada vez
que se producía un parto la correspondiente madre se arriesgaba a morir debido a que durante el mismo podían producirse múltiples incidencias para las que la
medicina solo ha encontrado respuesta hace algunas décadas, siendo muy frecuentes
hasta el período de entreguerras en el s. XX los casos de fallecimientos
de parturientas debido a hemorragias o infecciones.
Todo eso implica que, hasta tiempos recientes, el destino de un
porcentaje importante de las mujeres a lo largo de la historia humana implicaba morir
tarde o temprano producto de algún parto. Por tanto si, como he dicho
anteriormente, a lo largo de la historia los hombres han muerto por cientos de
millones luchando para arrebatar vidas, las mujeres han muerto en iguales
cantidades en el intento de dar lugar a nuevos nacimientos. Procesos complementarios.
En relación con ello hoy vamos a
viajar a Viena a mediados del s. XIX en concreto a una de las secciones de
maternidad abiertas en uno de los más reputados hospitales de la capital del
flamante Imperio austríaco (más adelante conocido como Imperio austrohúngaro ya
a partir de 1867, en fechas posteriores a lo que hoy toca).