Una
historia es cierta... Una historia es falsa… Con el paso del tiempo, cada vez
importa menos. Las historias que queremos creer son aquellas que sobreviven a
pesar de los cambios, la transición y el progreso. Esas son las historias que
dan forma al pasado. ¿Qué importa si al principio ya eran verdad?
Jack Rackham en “Black Sails” capítulo 10 de la
cuarta temporada.
Ya lo he insinuado en varias
entradas de este blog. La imagen que buena parte de la
gente tiene en la cabeza sobre cómo eran la vida cotidiana, los vestidos, los casas o la decoración en el interior de dichas viviendas en épocas pasadas y muy remotas de la historia procede en gran
medida de novelas, películas clásicas y series de televisión con ambientación
de época, antes que de la lectura de libros de historia especializados.
En esa línea otra fuente muy
importante para identificar la “imagen del pasado” que el público masivo tiene
en la cabeza es la pintura de época sobre todo del s. XIX. Eso es así por
varias razones, primero porque debido a la confluencia de diversas tendencias artísticas e
ideológicas en dicho siglo fueron muy frecuentes los temas pictóricos
relacionados con los grandes héroes "nacionales" de tiempos pretéritos. A eso se añade que gran parte
de los cuadros creados en ese contexto sirvieron –y aún sirven- para ilustrar multitud de libros de texto escolares o las revistas de divulgación histórica que se pueden encontrar en el kiosco de la esquina. Además, dado que esos cuadros poseían un
tratamiento de los colores y la luz muy adaptable a los gustos de los
encargados de fotografía en diversas películas, al final resulta también que
ese tipo de pintura ha inspirado durante mucho tiempo a múltiples diseñadores
de decorados y vestuario en diversas producciones fílmicas de ambientación "histórica", caso de la oleada de peplums de los años 50 y 60 del siglo pasado. Películas que -al menos hasta hace poco- a su vez
han contribuido a cerrar el círculo y refrendar de cara al público masivo una
cierta imagen de la vida cotidiana en los tiempos pretéritos que ha influido a múltiples generaciones hasta llegar a los padres o los abuelos de la actual.