Da a la gente concursos en los que se gane recordando los títulos de
canciones populares, o nombres de las capitales de los Estados, o la cantidad
de maíz producido en Iowa el año pasado. Satúralos con datos, cálzalos con
hechos hasta que se sientan llenos pero brillantes. Entonces creerán que están
pensando, adquirirán la sensación de estar en marcha sin moverse. Y se sentirán
contentos porque los datos de ese tipo no cambian. No les des ninguna materia
resbaladiza como la filosofía o la sociología mediante la que relacionar los
hechos sueltos entre sí, ese camino lleva a la melancolía.
Ray Bradbury, “Fahrenheit 451”
Hace años en una entrevista Roman Polanski contó una divertida y esclarecedora anécdota sobre Jack Nicholson. Al parecer mientras Polanski intentaba contratarlo para protagonizar una de sus películas el actor no dejaba de aumentar sus exigencias cada vez que la firma del contrato parecía cercana, así que un día, harto del tira y afloja, Polanski decidió entrevistarse personalmente con Jack Nicholson para poner las cartas sobre la mesa. Una vez cara a cara el director polaco se sinceró y le dijo a Nicholson que realmente deseaba contar con él para el proyecto, que los productores estaban de acuerdo y le pagarían prácticamente lo que quisiera, que simplemente dijese una cifra concreta para cerrar el trato de una vez, ante lo cual Jack Nicholson se quedó callado unos segundos y luego contestó de forma lapidaria: "Quiero más".