La civilización no suprime la barbarie, la
perfecciona.
Voltaire
La historia es muy conocida y se ha publicado mil veces en Internet, por ejemplo podéis dar un vistazo a ESTE artículo de Jotdown aunque, pese a
ello, empezaré por resumírosla. Ahora bien, hoy pretendo compartir con
vosotros un análisis de esos hechos conocidos que –obviamente- no es el habitual. En esencia lo que voy a
plantear niega o al menos matiza la interpretación que tradicionalmente se ha difundido acerca de las circunstancias que rodearon el ascenso a la fama del cuadro más famoso de Gèricault.
Empecemos por el principio. En junio de 1816 partió
de Francia una flotilla de barcos compuesta por la fragata Medusa, la corbeta Eco, el bergantín Argus y
un pequeño barco de aprovisionamiento llamado Loira.
Como consecuencia de los tratados firmados al final de las
Guerras Napoleónicas, Francia debía recibir el control de la región de Senegal en ese momento en manos de los británicos. Así que el objetivo de la expedición
naval era trasladar al coronel Julien-Désiré Schmaltz hasta ese lugar de África, donde
pasaría a ejercer el cargo de gobernador de la región. En principio una misión sencilla y un viaje rutinario si bien, como todos sabemos, las cosas no iban a salir como estaban planeadas.