miércoles, 24 de junio de 2015

Paella de Valencia (Is the real thing)


Escúchame Truman... Ahí fuera no hay más verdad que la que hay en el mundo que he creado para ti.

Ed Harris en “El Show de Truman”


                                        



Durante los últimos meses se ha producido bastante revuelo mediático en torno a la amenaza que el Estado Islámico supone para el Patrimonio Histórico de algunas zonas en Oriente Medio. En base a ello me he decidido a realizar una entrada sobre un tema que ya he tratado con anterioridad en este blog y sobre el que en su momento prometí volver a hablar.

Básicamente voy a dedicarme a poner en contexto (que no minimizar) la relativa amenaza que los radicales islámicos suponen para el Patrimonio Histórico del planeta, en la medida en que durante el último siglo y medio los principales agentes de destrucción del patrimonio han sido otros.

miércoles, 17 de junio de 2015

Más largo, más duro, más profundo, más... adentro


    It is known, moon is no egg, khaleesi




El debate sobre la estructura del interior de nuestro planeta comenzó a darse a gran escala durante el s. XIX, aunque por entonces todavía en torno a bases científicas muy precarias. Baste como ejemplo de ello la Tierra hueca propuesta en 1864 por Julio Verne en su exitosa novela “Viaje al centro de la Tierra”. Sin embargo a finales de ese siglo y durante la primera mitad del s. XX los investigadores académicos ya empezaron a elaborar modelos teóricos cada vez más aquilatados. A ese respecto y siguiendo con la peculiar relación entre las mujeres y las Ciencias de la Tierra (de la cual ya hablé en una entrada anterior), en 1936 una danesa, Inge Lehmann, planteó que en el centro de la Tierra existe una parte sólida dentro de otra líquida, rompiendo así definitivamente con la interpretación del planeta como una esfera compacta, que hasta ese momento parecía la más lógica. A partir de ahí en las últimas décadas la revolución informática está permitiendo analizar ingentes cantidades de datos en torno a modelos matemáticos cada vez más elaborados, lo cual ha derivado a su vez en que la imagen que se tiene sobre el interior del planeta se esté volviendo cada vez más compleja y sofisticada.   

miércoles, 10 de junio de 2015

Bellas durmientes


Intenté establecer un negocio recogiendo fósiles en Lyme Regis pero no funcionó. Demasiado lluvioso.

(Jonathan Strange and Mr. Norrell, The Friends of English Magic).




En ciencia en ocasiones se conocen como “bellas durmientes” aquellos trabajos donde se manejan conceptos adelantados a su época pero que, por lo que sea, pasan desapercibidos en un primer momento, siendo apreciados en su verdadero valor solo al cabo de unos cuantos años.

Mary Anning nació en 1799 en una pequeña población del Sur de Inglaterra llamada Lyme Regis. Su padre era carpintero y consiguientemente Mary recibió una educación muy básica. En general su infancia fue dura debido a la pobreza, a que la familia no era bien vista en la zona y a que en la región abundaban las epidemias de viruela y rubeola. De hecho Mary tuvo nueve hermanos de los que solo uno, Joseph, sobrevivió a la infancia. Por si fuese poco, cuando Mary tenía once años también falleció su padre, el cabeza de familia, por lo que ella tuvo que ponerse a trabajar para ayudar a mantenerse a su madre y su hermano.     
Sin embargo lo peculiar del caso es la forma de trabajo que escogió. En vez de emplearse como criada o prostituirse (como era habitual durante aquel tiempo en el caso de mujeres en situación parecida), Mary Anning con la ayuda de su hermano Joseph desarrolló una profesión por entonces, digamos, novedosa. 

lunes, 1 de junio de 2015

The Americans


La labor de un buen pastor consiste en esquilar a las ovejas, no en despellejarlas.

Frase atribuida a Tiberio, emperador romano.




Hace unas semanas Antonio Garrido resultó ganador del XX Premio de Novela Fernando Lara con una obra titulada El último paraíso. Leyendo la noticia en prensa me llamó la atención la sinopsis de dicha obra que se hizo pública al día siguiente: el argumento se centra en determinados hechos históricos, como la emigración de norteamericanos que se produjo a partir de 1930 a una Unión Soviética en pleno desarrollo gracias al éxito de sus primeros planes quinquenales. 

Tras leer dicho resumen me dije, esto me suena. Tras pensarlo me vino por fin a la cabeza el libro The Forsaken: An American Tragedy in Stalin’s Russia, publicado hará seis o siete años. Su autor fue Tim Tzouliadis, un periodista de origen griego asentado en Inglaterra y especialista en documentales para televisión. Y como funciono un poco por impulsos, pese a todos los temas que tengo pendientes de cara al blog, os voy a hablar muy brevemente de la temática tratada por dicho libro.

Pongámonos en contexto. Tras el crack del 29 y durante los años siguientes, los de la Gran Depresión, sin duda la época de mayor crisis económica y social en la historia de dicho país, algunos miles de estadounidenses (la cifra exacta de emigrantes no está clara, digamos que en torno a 10.000-15.000 podría ser una aproximación válida), normalmente obreros en paro y simpatizantes comunistas de diverso tipo, llegaron a emigrar a la Rusia soviética. Esto puede parecer sorprendente visto desde la perspectiva actual, pero hay que tener en cuenta que se trataba de una época donde el nivel de confrontación con dicho país todavía no había alcanzado las cotas a las que se llegó décadas más adelante, durante la Guerra fría. Además de que por entonces no se conocían bien los excesos autoritarios cometidos por el régimen comunista en la URSS, entre otras cosas porque buena parte de los mismos estaban por llegar.

En ese sentido lo interesante del relato que va desgranando Tzouliadis es apreciar a través de la historia del contingente de americanos (hubo también grupos de ciudadanos de otros países que pasaron por lo mismo, pero quizás no llaman tanto la atención) el desencanto en el que progresivamente cayeron esos hombres que habían viajado a la URSS esperando encontrar un paraíso. Todo lo anterior en paralelo al giro represivo que se produjo en dicho país comunista precisamente durante aquellos años. En realidad la práctica totalidad del contingente de emigrados yanquis acabó con el tiempo desapareciendo durante las purgas estalinistas o tras su paso por los gulags, constituyendo un “éxodo olvidado” en tanto que su destino se convirtió posteriormente en una memoria incómoda tanto para la URSS como los propios EE.UU. debido a las implicaciones diplomáticas.