lunes, 3 de septiembre de 2018

Tss, tss. Que vienen, que vienen...


Aprender historia quiere decir buscar y encontrar las fuerzas que conducen a las causas de las acciones que escrutamos como acontecimientos históricos. Fue quizá decisivo en mi vida posterior el tener la satisfacción de contar como profesor de Historia a uno de los pocos que la entendían desde este punto de vista, y así la enseñaban. Todavía hoy me acuerdo con cariñosa emoción del viejo profesor que, en el calor de sus explicaciones, nos hacía olvidar el presente, nos fascinaba con el pasado y, desde la noche de los tiempos, separaba los áridos acontecimientos para transformarlos en viva realidad. Nuestro fanatismo nacional, propio de los jóvenes, era un recurso educativo que él utilizaba a menudo para completar nuestra formación más deprisa de lo que habría sido posible por cualquier otro método. Este profesor hizo de la Historia mi asignatura predilecta. De esa forma, ya en aquellos tiempos, me convertí en un joven revolucionario.

Adolf Hitler






Podría decirse que a fin de cuentas la Historia del Arte se reduce a una alternancia sin fin entre períodos donde predomina la abstracción (como en caso del arte egipcio, el arte medieval europeo, el arte precolombino mesoamericano o el arte contemporáneo occidental) y otros donde se impone la tendencia hacia un realismo creciente en las representaciones (caso del Renacimiento o el Realismo socialista, estilos que básicamente consistían en idealizar y sublimar la "realidad", pero al menos partiendo de representaciones naturalistas de las personas y los objetos).

De igual forma la historia política de las sociedades en el fondo puede resumirse en torno a la pugna eterna entre dos elementos: las tendencias conservadoras, en ocasiones hasta el punto de lo reaccionario, por oposición a las ideas progresistas, las cuales en determinadas coyunturas pueden alcanzar el grado de revolucionarias. Bajo ese prisma la historia de los últimos siglos se reduce a una eterna tensión dialéctica entre los partidarios del mantenimiento del status quo, o incluso la involución con el objetivo de recuperar un supuesto idílico pasado, frente a los defensores del cambio a través de la reforma, o la ruptura violenta si es preciso. Según épocas unos u otros han ostendado la hegemonía y a ese respecto, no se si os habéis dado cuenta, estamos atravesando un período de repunte y readaptación del ideario conservador después de unos años en que, debido a las consecuencias de la crisis económica del 2008, parte de sus postulados parecían desacreditados.

jueves, 9 de agosto de 2018

The power of love


- En algunas religiones se cree que el huevo simboliza el alma. ¿Lo sabía?
- No, no lo sabía.
- ¿Le apetece uno?

Robert de Niro y Mickey Rourke en “El corazón del ángel”




La semana pasada estuve en Ucrania. Es un país muy interesante aunque desaprovechado: debido a los ecos del conflicto con Rusia en el Este y, claro, también al miedo a la envenenada herencia de Chernóbil, la mayoría de turistas occidentales que acuden a la zona son hombres en busca de un polvo barato con alguna joven guapísima. Lo cual, todo sea dicho, no es una buena idea ya que lo anterior a su vez explica que Ucrania sea uno de los países de Europa con mayor porcentaje de enfermos de SIDA, particularmente en el caso de la población femenina urbana.

Es una pena porque Ucrania es asimismo un país que dentro de sus fronteras cuenta con algunas playas decentes en el Sur, en la zona de Odessa, precios bajos, monasterios y catedrales impresionantes (si bien muchas se encuentran en proceso de restauración/reconstrucción debido a los estragos que causó en la zona la II Guerra Mundial), pero sobre todo es un país que está dotado de un cierto exotismo en un mundo en el que cada vez todo es más homogéneo pese a las supuestas diferencias.

Y esto último también se nota en el campo de la arqueología debido a la peculiar historia de la zona y las singularidades de las culturas que conformaron las primeras etapas de civilización en aquella parte del mundo.

lunes, 23 de julio de 2018

Siempre seré un niño si me tratas con cariño


Alistémonos en un absoluto abatimiento, es la única actitud sincera y la única que puede ser de alguna ayuda.

Klaus Mann

    Todo el mundo tiene un plan... hasta que le sueltan la primera hostia. 

    Mike Tyson




Mi primer contacto con el mundo educativo fue un tanto atípico ya que durante el último año de mis estudios universitarios me embarqué en una iniciativa humanitaria para impartir clases gratuitas en prisión una tarde cada semana, los viernes en concreto. No voy a engañaros, soy una persona carente por completo de empatía respecto a los demás seres humanos (a los cuales trato como números, estadística, meras hormigas a las que observar y estudiar desde la distancia) así que no me movió a ello mi generosidad de corazón sino solo el sentido práctico de buscar cobayas baratas con las que curtirme. 

martes, 17 de julio de 2018

El día de mañana



El Franquismo no son cuatro generales, es una clase social, y esa no va a desaparecer tan fácil.

Este régimen está muriendo, si hacemos concesiones le damos oxígeno a quienes lo apoyan.






Hoy vengo a haceros una recomendación: darle un vistazo a El día de mañana, una serie de Movistar + dirigida por Mariano Barroso y basada en una reciente novela de Ignacio Martínez de Pisón.

El nudo de la trama es la historia ficticia del ascenso y caída de Justo Gil, un trepa llegado a Barcelona en los años 60, desde un pueblo, sin nada, a rastras con su madre enferma, pero que pronto se las arregla para aprovechar tanto su don de gentes como las oportunidades que ofrece una urbe en rápida expansión. Así termina codeándose con la alta burguesía de la ciudad, si bien el peaje para ello será ejercer de confidente de la policía del Régimen. Finalmente los años pasan y sus malas decisiones en la vida lo llevan a militar en un grupúsculo de la extrema derecha durante la segunda mitad de los años 70, en plena Transición. Por supuesto, como es de rigor y mandan los cánones de este tipo de historias, dicha trayectoria vital está jalonada de traiciones y engaños, cometidos sobre otros pero también recibidos. 

martes, 19 de junio de 2018

Otra ronda para todos


No hay consuelo ni arriba ni abajo. Los hombres estamos solos, pequeños, solitarios, esforzándonos… luchando los unos con los otros. Así que yo me rezo a mí mismo pidiendo cosas para mí.

Kevin Spacey, “House of cards” en su versión moderna, capítulo 1x13





En el último Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles hay un artículo especialmente interesante. ESTE. Firmado por: Juan Romero, del Departamento de Geografía de la Universitat de València; Dolores Brandis de la Universidad Complutense de Madrid; Carmen Delgado Viñas del  Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad de Cantabria; José-León García Rodríguez del Departamento de Geografía e Historia de la Universidad de la Laguna; María Luisa Gómez Moreno del Departamento de Geografía de la Universidad de Málaga; Jorge Olcina del Departamento de Análisis Geográfico Regional y Geografía Física de la Universidad de Alicante; José Fernando Vera-Rebollo en este caso miembro del Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas, también adscrito a la Universidad de Alicante; Onofre Rullán del Departament de Geografia de la Universitat des Illes Balears; y Joan Vicente Rufí del Departamento de Geografía de la Universitat de Girona.

O sea, hay gente detrás para como mínimo pararse a leer lo que dicen. Razón por la cual El País también ha hecho eco de algunas conclusiones del estudio

El artículo en cuestión habla fundamentalmente de la política de infraestructuras llevada a cabo en España entre 1995 y 2016. Y ¿qué dice al respecto?

lunes, 11 de junio de 2018

Otra cuestión de perspectiva


Oh, verá, mi opinión es que no tengo opinión, pero me encantaría acompañarle para ver cuál podría ser mi opinión. La diplomacia es la seducción disfrazada señor Adams, uno mejora con la práctica.

Tom Wilkinson en la serie “John Adams”, capítulo “Independencia”






La entrada de hoy, como las últimas, va a ser breve y para nada trataré algo especialmente original o novedoso. Muy al contrario, simplemente voy a hacerme eco de una cosa que se ha mencionado de pasada en las redes sociales durante las últimas horas y que me ha llamado la atención toda vez que encaja con temáticas que ya han sido tocadas en este blog otras veces.

Veamos. Cualquiera próximo al mundillo académico sabe cómo funciona el tema de los “Congresos”. De cada diez uno es importante de verdad y permite acumular méritos relevantes o aprender cosas auténticamente valiosas. El resto, los otros nueve, suelen ser una mera excusa para de vez en cuando salir de la rutina e irse por ahí durante unos días a hacer turismo y ya de paso quedar con los colegas que trabajan en otras universidades. Todo ello con los gastos pagados a cargo de alguna institución cultural bajo el supuesto de que nos estamos reuniendo para debatir sobre temas muy sesudos (sobre todo la calidad de las cervezas en la zona, o cómo se llama el mejor restaurante de la ciudad de turno).

sábado, 19 de mayo de 2018

We are the Champions


Somos lo que somos porque ellos no son lo que somos.

Henri Tajfel




Bueno, os informo que tras varios años de intentarlo este blog ha ganado por fin la categoría de Cultura, música y tendencias en la última edición de los Premios 20 blogs.

No es que sirva para nada en especial (obtener una estatuilla y algo de renombre) pero me hacía ilusión. Así que muchas gracias a todos los que me votaron; gente como Celebes3, Tote, tor, censor, Pedro Núñez, ana mercado, Carlos, Jarban, malatesta o Manuel C.

También aprovecho para dar las gracias a todos los que se han dignado realizar alguna donación a través de Paypal, aunque fuese un euro, durante el último año y medio. Me refiero concretamente a: Antonio Jorge García (quien por ahora ostenta el título de principal mecenas del blog), Mario Goñi, Amancio Soneira Costoya, Alberto Cugat Sola, Jesús Sanz Cámara, Pascual Suárez, Alejandro Llopis, Luis Fernando García, David Gómez Torres, Daniel Gómez Gómez, Hegoi Amestoy, Pablo Martínez, Klaus Schmidt, Rubén Rodríguez, José Juan Torre,  Manuel Alejandro Fernández, Jaime Riera, así como Daniel Marín. Y se que olvido algunos donantes de hace más tiempo.

Y por supuesto también muchas gracias a todos los que seguís el blog de forma habitual desde la penumbra y el anonimato de vuestras casas.

sábado, 12 de mayo de 2018

Jedis y dragones


El hombre es un animal mediocre y habría desaparecido del planeta hace mucho de no haber mediado la aparición de la razón. Pero el precio que paga por ella es ser consciente de la fugacidad de la vida y esa es una pesada carga. Por eso inventó el concepto de la inmortalidad, para poder aceptar el plazo inevitable, y el del alma, para asentar su pretendida superioridad sobre el resto del reino animal. 

Jack London, “El lobo de mar”





Reign of fire, en España titulada El imperio del fuego es una película del año 2002 protagonizada por Christian Bale, Gerard Butler y Matthew McConaughey cuando aún no eran las grandes estrellas del celuloide que son hoy en día (bueno, Gerard Butler no tanto, pero admitamos que hubo en tiempo en que estuvo a punto de serlo).

La premisa de dicho film consiste en imaginar un escenario apocalíptico posterior a que el mundo del presente haya sido arrasado no por la típica guerra nuclear o un holocausto zombie sino por dragones, esos bichos con alas parecidos a empresarios españoles. Es posible que tal idea parezca un tanto estúpida pero al fin y al cabo no estoy hablando de ninguna obra maestra. La cuestión es que la película contiene una escena que en su día me pareció muy interesante. Os cuento. En el mundo descrito en el film los escasos supervivientes de una humanidad al borde de la extinción se agrupan en precarios refugios. La tecnología, las leyes, el sistema económico, las infraestructuras, los sistemas educativos… todo ha colapsado y lo único que restan son ruinas calcinadas y páramos desolados. Vamos, lo habitual en este tipo de planteamientos de ciencia ficción.

Dentro de ese contexto se nos muestra como los líderes de una de las últimas comunidades de humanos realizan en una antigua capilla habilitada como refugio una representación ante los más jóvenes del grupo, los que no conocen nada de cómo era la Humanidad antes del desastre. Tal representación tiene el objetivo de entretenerlos, educarlos y de paso perpetuar en ellos las tradiciones de la cultura humana. Pero lo que se escenifica ante los ojos fascinados de las futuras generaciones no es ningún capítulo de alguna sesuda obra filosófica o educativa, ni de famosas novelas de Joyce, Faulkner o Proust, sino una versión de la escena de Star Wars en que Darth Vader le rebela a Luke que él es su padre.

sábado, 21 de abril de 2018

El catálogo de Aristófanes


- Estoy en una misión de civilizar. Soy Don Quijote.
- No, ¡yo soy Don Quijote¡.
- ¿Has leído siquiera el “Don Quijote”?
- En el francés original.
- Fue escrito en español.
- No mi copia. ¿Debería haberlo leído en español?.
- Deberías haberlo leído en inglés.

(“The Newsroom”, cuarto episodio de la primera temporada) 

         
    

Cuando la dinastía ptolemaica instaurada en Egipto tras la muerte de Alejandro Magno impulsó la creación de una gran institución cultural en Alejandría lo hizo en busca de prestigio y como una forma de promover la cultura griega en la región, lo que en último término redundaba en mayor legitimidad para su propio linaje (de origen griego).

La institución subsiguiente fue llamada Mouseion “Museo” por estar bajo la protección de las Musas y consistía en un centro de investigación y enseñanza, casi comparable a una Universidad actual, en el que residían importantes sabios del período, algunos de forma permanente y otros sólo hasta completar su aprendizaje.

Como no podía ser de otra forma ese "Museo" contaba con algo parecido a lo que nosotros llamamos “biblioteca”, formada en su caso por varias estancias donde se almacenaban múltiples volúmenes. Ahora bien, cuando los griegos hablaban de “volúmenes” estos no eran tal y como nosotros entendemos ese concepto, ya que se referían a rollos de papiro. Cada uno de esos rollos equivalía a unas 60 o 70 páginas mecanografiadas actuales por lo que una obra o “libro” estaba compuesta en realidad de un número variable de esos rollos de papiro.

Podemos imaginar por tanto que a medida que la colección de obras en manos de esa institución crecía el espacio necesario para almacenar todos esos rollos también aumentó hasta el punto de que fue necesario habilitar un segundo lugar de almacenamiento de "libros", es decir una segunda "biblioteca", en otro edificio separado de las estancias del "Museo" y ubicado en una parte distinta de la ciudad. Ese edificio fue el Serapeion, donde más bien se guardaban rollos consistentes en copias para consulta pública, a diferencia de la “biblioteca madre” que en principio solo estaba disponible para los sabios y estudiantes del "Museo" y contenía los originales y las copias de más valor.

  En cualquier caso el conjunto de ambas bibliotecas separadas pero relacionadas entre sí y en el fondo meros departamentos de una institución más amplia es lo que se conoce como la mítica “Biblioteca de Alejandría”. 

Los fondos manejados por dicha institución llegaron a ser docenas de miles de obras de todas las temáticas y autores, fijadas por escrito en cientos de miles de rollos de papiro que a su vez se almacenaban en cestos, vasijas, armarios así como nichos y estantes habilitados en las paredes (y llamados bibliotheke; de ahí el nombre posterior que se generalizó para todo el conjunto) dispersos por varias habitaciones y almacenes.

Tal es así que llegado un punto los responsables del "Museo" se vieron enfrentados a la tarea de intentar organizar ese caos. De cara a ello inicialmente se siguió el criterio que había implantado Aristóteles en su Lykeion dividiendo los fondos según materias o synodos. Pero claro pronto la cantidad de rollos que albergaba Alejandría superó con mucho los que alguna vez formaron parte del famoso "Liceo". De hecho en el año 287 a.n.e. un discípulo de Aristóteles llamado Neleo vendió en bloque a la propia institución alejandrina todos los libros acumulados en su día por su difunto maestro.

Debido a ello Zenódoto de Éfeso, el primer bibliotecario jefe de Alejandría, ayudado por el poeta Calímaco quien luego sería su sucesor en el cargo, afrontó la tarea de intentar una catalogación más o menos minuciosa de los papiros en manos de su institución usando un nuevo enfoque. La idea parece que se le ocurrió en realidad a Calímaco el cual abogó por fijar en unas tablillas (llamadas Pinakes en griego) la primera bibliografía temática exhaustiva en la historia. En otras palabras se redactó un listado de autores en orden alfabético divididos por materias y junto a cada autor se enumeraban sus obras.

sábado, 7 de abril de 2018

El topo



Me atormenta un eterno anhelo por cosas remotasansío navegar mares prohibidos.

Herman Melville, “Moby Dick”




James Mellaart fue un arqueólogo británico de origen holandés nacido en 1925 y muerto en 2012. Su historia empezó de una forma clásica: de niño quedó fascinado por las civilizaciones antiguas el día que su tío le regaló, por su once cumpleaños, un libro sobre el antiguo Egipto. Pronto el chaval aprendió precisamente egipcio antiguo así como griego antiguo y latín a la vez que demostraba poseer un sorprendente sexto sentido para hallar restos del pasado. Por ejemplo en una ocasión, mientras viajaba con su familia por la campiña inglesa, encontró un broche de la Edad de Hierro y, años después, durante un viaje a Chipre, dio con varias piezas de bronce micénico. Por ello no sorprendió a nadie cuando en 1947 empezó a estudiar Historia Antigua y Egiptología en Londres. Se graduó cuatro años más tarde y en uno de sus primeros trabajos como arqueólogo, en un viaje a Jericó, encontró una tumba antigua intacta.

Puede decirse que tenía un don. Y sin embargo ya por entonces empezó a mostrar un carácter impulsivo y problemas para seguir las convenciones de la arqueología científica. La pasión de Mellaart era desenterrar cosas, encontrar joyas, restos de edificaciones y ajuares, y hacerlo cuanto antes mejor. Lo suyo no era excavar pacientemente durante años un par de metros cuadrados de terreno para encontrar restos de semillas o algunos trozos de vasijas sin importancia. 

Con todo, en los años cincuenta, empezó a familiarizarse con la escritura luvita y puso su atención en la Península de Anatolia lo que le iba a proporcionar inesperadas satisfacciones. Primero realizó grandes hallazgos de estatuillas primitivas de la Edad del Cobre en el sitio de Hacilar y más tarde, en 1958, llegó el premio gordo con el descubrimiento del sitio de Catalhöyük, un emplazamiento clave a nivel mundial para conocer el tránsito hacia el Neolítico entre los años 7.500 y 5.500 a.n.e.

Para poneros en situación, en dicho asentamiento aparecieron entre otras cosas lo que en su día fueron los primeros restos de producción de textiles elaborados, también algunos de los más tempranos vestigios de cerámica, de domesticación de ganado y de pinturas en paredes de edificaciones (no en muros de piedra naturales como había sido común en el arte anterior a esos momentos). En su día Catalhöyük fue ya algo muy parecido a un asentamiento urbano, milenios antes de las más antiguas ciudades-estado de Mesopotamia. De tal forma las publicaciones del propio Mellaart y su equipo abrieron el camino para las modernas teorías sobre los cambios en las sociedades humanas durante la transición hacia el Neolítico.

Mellaart se había transformado en una estrella de la arqueología.

Y justo en ese momento se vio implicado en un asunto bastante extraño.