jueves, 24 de enero de 2019

La ciudad del lobo de hierro



El dulce sol asciende, despierta al universo,
y ríe al destruir el trabajo invernal.
Se esfuman las industrias de la gélida estación 
y la nieve, evaporada, en nada se convierte. 
Los aires acarician y dan vida a los campos, 
reclaman las hierbitas del mundo de los muertos.
Arbustos y pinares a despertar se aprestan, 
y colinas y valles se despojan de blancas vestiduras.

Kristijonas Donelaitis, Metai (Las estaciones del año)



Hace tiempo que no creo un hilo de fotos. Así que hoy toca uno. El tema va a ser la ciudad de Vilnius (actual capital de Lituania) en el tránsito entre el s. XIX y el s. XX. Un período que ya sabéis que me interesa especialmente (no tanto a vosotros pero hoy me tendréis que perdonar).

De cara a poder imaginarnos como eran en aquella época las principales urbes de los actuales países bálticos no contamos con demasiado material. Como ocurre casi siempre. Y en este caso tal handicap es importante porque se trata de países pequeños, más “polis” que verdaderos Estados, en el sentido de que sus hermosas capitales (Vilnius, Riga y Tallin) aglutinan buena parte de la población y las infraestructuras nacionales. No siempre fue así, pero tras consolidarse a lo largo del s. XX el inevitable éxodo del campo a las ciudades, característico de época contemporánea, es en los núcleos urbanos donde se ubica el epicentro de todas las transformaciones económicas, sociales, culturales y políticas relevantes. Y de ahí a su vez el que encontrar imágenes a través de las cuales visualizar el proceso me parezca muy interesante.

En el caso del territorio de la actual Lituania en cuanto a fotografías antiguas, procedentes del s. XIX en su mayoría, que nos permitan ver la fisonomía urbana previa a la industrialización contemporánea tenemos sobre todo las tomadas -obviamente en blanco y negro- por fotógrafos como Abdon Korzon, Albert Sveikovsky, Wilhelm Zacharczyk, y Juozapas Čechavičius/Józef Czechowicz (1818-1888), especialmente en el caso de este último. Afortunadamente sus fotografías de la ciudad se encuentran digitalizadas en la Universidad de Vilnius, que es donde trabajo actualmente. Aprovecho para compartir algunas con vosotros. En ellas el ojo experto aprecia detalles como por ejemplo el abundante número y la importancia otorgada a las iglesias (en relación a su tamaño es quizás una de las ciudades con una mayor densidad de templos en toda la región), nada casual en un país que no deja de ser una punta de lanza católica incrustada en las fronteras con el mundo ortodoxo y protestante. 

   De esta forma estoy seguro de que si algún día hacéis una visita a esta hermosa localidad seréis capaces de reconocer algunos de los lugares y edificios que aparecen.





































6 comentarios:

  1. La capital de Letonia no es Kaunas, es Riga.

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  2. Viendo esas fotos en comparación con la actual ciudad de Vilna se nota mucho el cambio. Pero lo que más me interesa es tu opinión personal sobre el país y sus gentes. Qué te ha llamado la atención, qué cosas en común tenemos con ellos y qué diferencias son las más interesantes.

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    1. Se valora de forma mucho más positiva la naturaleza. Pero quizás la diferencia climática contribuye a un carácter más taciturno y depresivo, sobre todo en invierno. La estructura urbana también es diferente con áreas muy definidas tanto para el ocio como para las compras, no como en España donde las tiendas y bares están más uniformemente distribuidos por la ciudad y hay menos grandes avenidas típicas del urbanismo soviético.

      La natalidad es bastante alta y la edad de matrimonio baja, justo al revés que en el Sur de Europa. Además el grupo de renta baja aquí son los pensionistas y una parte importante del colectivo de renta media-alta está formado por jóvenes debido a que las pensiones son una mierda y los salarios altos se concentran en las empresas con carácter internacional que buscan sobre todo jóvenes universitarios como mano de obra. Aunque la economía sumergida está aún más presente que en España. Asimismo las mujeres tienen más presencia en el medio rural que en España.

      En cuanto a la política. El grado de satisfacción con la UE es muy alto y la admiración por los EE.UU. también. Aquí la Iglesia y los EE.UU. son sinónimo de libertad y democracia, no de golpes de Estado o dictadura. Pero en general el desinterés por la política es absoluto y no existe como tema de conversación.

      Los valores morales son esencialmente conservadores (con tasas notables de xenofobia y homofobia ligadas a un nacionalismo de tipo étnico-cultural muy fuerte) pese a lo cual la tasa de homicidios es la más alta de Europa y el alcoholismo es un problema generalizado pero casi invisible ya que se bebe en privado y no en público para socializar. A ese respecto también me resulta curiosa la presencia de una cierta masa de prostitución en la sombra pese a ser oficialmente ilegal e inmoral. Si bien, en lo positivo, el ejercicio físico y la precariedad económica de parte de la sociedad hacen que problemas como la obesidad sean mucho menos acuciantes que en los países ricos.

      España tiene en común que al igual que muchos países del Este de Europa el proceso de industrialización fue muy tardío, por tanto estructuras sociales y tradiciones primitivas se mantuvieron vivas durante mucho más tiempo que en otros países desarrollados lo que ha permitido que en algunos casos se detecten huellas en el presente. También está el hecho de que el proceso de democratización ha sido muy tardío y en general fallido.

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    2. Por lo que comentas, se parecen mucho, al menos en el aspecto cultural, a los países del este de la antigua URRSS, pero supongo que es normal.

      Antes de dejarte en paz, hay un par de cosas más que me gustaría saber sobre ellos: ¿cuál es su "cultura del trabajo"? es decir, cómo ven ellos de moralizante el trabajo personal: lo ven como una carga como lo solemos ver en el sur de Europa, o como algo en lo que deben esforzarse en todo momento, como los protestantes o los comunistas; y, por otro lado ¿qué opinión tienen allí sobre Rusia? por lo que he leído, y por lo que has contado sobre cómo valoran a los EE.UU, deben considerar a los rusos como a enemigos. Y por último, pero no menos importante ¿las mujeres de allí son tan guapas como en el resto del norte de Europa?

      P.D: No dejes de comentar por aquí lo que más te guste de ese país, sube muchas fotos, y cuéntanos tuus experiencias.

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    3. No creo que gran parte de la población de los antiguos países comunistas realmente tuviese una visión del trabajo como algo moralizante al estilo de los protestantes. De hecho diría que eso fue uno de los grandes problemas a los hubo de enfrentarse la implantación del comunismo en la zona. Otra cosa es que la estructura empresarial que actualmente se ha impuesto en la región sea ultraliberal y por ello esa visión vampírica de la actividad laboral es ahora hegemónica. Aunque es verdad que aquí hay más adictos al trabajo que en el Sur de Europa pero sobre todo por razones económicas. La precariedad aprieta.

      Rusia por supuesto es el gran Satán. De hecho el odio a todo lo ruso bordea la obsesión mental colectiva.

      En cuanto a tu última pregunta la respuesta es que yo creo que SIP (los hombres también, en el fondo los bálticos son una población de impasibles y altos elfos rubios a los que les cuesta mucho ser felices, pero que responden a nuestros cánones de belleza, que no son necesariamente los suyos).

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