Una historia de guerra verídica nunca es moral. No es instructiva, no anima a la virtud, no sugiere un comportamiento humano ideal, ni impide a los hombres seguir haciendo aquello que han hecho siempre. Si una historia de guerra os parece moralista no la creáis. Si al final de una historia bélica os sentís regocijados, o tenéis la impresión de que un jirón de rectitud ha sido recuperado de una inmensa montaña de residuos, es que sois víctimas de una vieja y horrible mentira. La rectitud no existe. La virtud tampoco. La regla fundamental, me parece, es que uno puede juzgar la veracidad de una historia sobre la guerra en función de su grado de lealtad absoluta e incondicional a la obscenidad y el mal en estado puro.
Tim O´Brien
Hace mucho que no publico nada aquí. La pandemia fue un duro golpe a la enseñanza tal y como yo la concibo. Por otro lado como algunos sabéis hace años que vivo en Lituania, en el Este de Europa, un lugar complicado como muestra la reciente guerra entre Ucrania y Rusia.
Lo curioso es que casi cualquiera que viviera por aquí ya sabía desde diciembre más o menos que algo se estaba preparando. Por ello el reciente estallido de las hostilidades (sería más correcto decir su reanudación toda vez que la guerra de facto ya había empezado hace unos cuantos años) no ha sido visto como algo sorprendente, como le puede parecer a un español o a un portugués que no siguen la actualidad de esta parte del mundo, sino que se conecta con otra serie problemas, como la reciente crisis fronteriza con Bielorrusia hace unos meses, que en el fondo se remontan a su vez a eventos de hace años.
De hecho para tener una imagen clara del problema ucraniano en concreto quizás lo mejor es no consumir la información totalmente contaminada que se está emitiendo en el presente, e irse a conferencias de hace seis u ocho años donde ya se anticipaba con total precisión lo que ha acabado pasando.
Os recomiendo especialmente esta charla de un estadounidense para nada proruso o de izquierdas impartida en la Universidad de Chicago en 2015:
y esta otra para una perspectiva desde el lado ruso pero hablando en la Universidad de Yale en 2018:
O un estracto de esta conferencia ya hace doce años:
Y este video cortito del 2014, con alguien que igual os suena más, en aquella época nada menos que representante de Ciudadanos.
Y para terminar otro video de una charla de la UNED justo unos días antes de que todo estallase:
Es decir, hace años, muchos observadores un poco atentos a la política internacional ya empezaron a advertir de que algo así podía pasar. Eso nos da indicios de que estamos hablando de una problemática un poco más estructural y compleja que la sencilla y atrayente idea de que Putin es Hitler y está loco. De hecho reducirlo todo a que Hitler estaba loco tampoco sirve como aproximación para analizar la II Guerra Mundial, o el antisemitismo del periodo.
Es por ello que, como persona con una cierta formación intelectual, no puedo menos que mirar aterrado a un aspecto de este conflicto en Ucrania que está lejos del campo de batalla. Más allá de los muertos y la tragedia humana de la guerra me preocupa especialmente la virulencia que ha alcanzado la propaganda. Y no en Rusia, donde puede esperarse que los medios estatales difundan básicamente soflamas patrióticas y se cierren o se censure a medios extranjeros no afines. A mi lo que me preocupa ahora mismo es que eso precisamente esté ocurriendo en los países libres de Occidente, los cuales se vuelven así cada vez menos libres de lo que piensan sus ciudadanos. Mirad por ejemplo este video a partir del minuto siete para algunos ejemplos de las estupideces que las televisiones españolas están mostrando. Debemos darnos cuenta de que medidas como la prohibición de medios rusos como Rusia Today (sin que nadie haya dicho nada entre los propios medios libres, además) no tienen como intención parar la propaganda (ya que "nuestros" periódicos y canales de televisión también están difundiendo básicamente eso: propaganda) sino que de lo que se trata es de parar o al menos obstaculizar la propaganda del otro. Creía que éramos mejores que esto a nivel gubernamental y más inteligentes como ciudadanos. Pero no lo somos.
Ahora mismo en países como la República Checa hay penas de entre uno y tres años de cárcel por expresar públicamente apoyo a Rusia. Así como lo acabáis de leer. Y no es el único país de ese tipo. Yo de hecho me la estoy jugando al escribir esto y eso que, como vais a ver, creo que ni siquiera voy a nombrar a ese país en mi argumentación.
Debería preocuparnos esa demonización del que piensa diferente, así como la simplificación de las cosas hacia una peligrosa dicotomía de buenos y malos, a veces basada a su vez en interpretaciones completamente falsas o directamente absurdas de la realidad. Sobre todo porque debido a eso la mayor parte de las personas no estáis recibiendo la información básica para entender ni lo que está pasando ni, lo que es más, algunas de las posibles causas y consecuencias o en qué medida las soluciones que se proponen os van a afectar a medio plazo.
Por esa razón voy a hacer un esfuerzo personal e intentar compartir aquí algunos datos e impresiones. De hecho el asunto es tan complicado que voy a hacer algo que no habéis visto todavía en ningún medio o experto analista de este conflicto. Básicamente lo que voy a hacer es no hablaros del conflicto entre Rusia y Ucrania en si, voy a hablar de otra cosa relacionada. Y os explico por qué.
En los videos que enlazo al principio tenéis información de sobra para empaparos de las auténticas causas del estallido de las hostilidades entre ambos países y de hecho los que estéis interesados en ello de verdad probablemente ya estaréis saturados de consultar fuentes con información al respecto. Lo que me preocupa en particular es otro aspecto de toda esta cuestión que nadie está tocando ante la oleada de solidaridad con Ucrania que necesariamente la propaganda de guerra está fomentando. Es decir, se empieza a hablar incluso de admitir a Ucrania en el seno de la UE, algo sobre lo que nadie está diciendo las cosas claras en lo que respecta al terrible riesgo de proponer esto siquiera. Así que para intentar explicarlo voy a ayudaros a dar un paso atrás y mirar con cierta perspectiva. Abrir el foco, digamos.
Veréis, desde la crisis económica del 2008 se empezó a plantear un problema en el seno de la UE, a saber la diferencia de intereses y posicionamientos entre los países “ricos” del Norte y centro de Europa, capitaneados por Alemania, y los países “pobres” y “vagos” del Sur de Europa. Ese es un problema real que sin embargo palidece ante la otra gran división en el seno de la UE de la que sin embargo no somos tan conscientes. Me refiero a la creciente división entre Oeste y Este de Europa.
Como todos sabéis tras la caída de la URSS se abrió una ventana de oportunidad que fue aprovechada esencialmente por dos instituciones, la OTAN y la UE, que realizaron una rápida expansión hacia el Este incluyendo en su seno en unos pocos años a una serie de países que estaban a años luz de los niveles del resto de Europa en cuanto a desarrollo económico pero también en cuanto a estándares sociales y mentalidad. Ese retraso se achaca habitualmente a los años de comunismo pero esa explicación es insatisfactoria, hablamos de una serie de países donde el feudalismo en muchos casos estuvo activo hasta entrado el s. XIX, que no conocieron fenómenos culturales como la Ilustración y a los que la industrialización, la urbanización asociada o la propia democracia como sistema político llegaron con un retraso importante incluso si los comparamos con países “atrasados” de Europa occidental como España, Portugal o Irlanda.
Siempre he pensado que esa segunda marcha hacia el Este apresurada fue un enorme error porque tal interés por ampliar la UE y la OTAN lo más rápido posible tuvo un varios efectos no deseados. El primero, en lo tocante a la UE fue que absorber 15 países atrasados en 18 años hizo imposible que solo con los fondos comunitarios se pudiera hacer converger a esos países de una forma adecuada. ¿Cómo que no?, podéis decir, pero si se supone que varios de esos países del Este ya son más ricos que países como España. Bien… me temo que las cosas no son así amigos. Esto lo probaré con datos más adelante. Pero os pongo un ejemplo reducido. Incluso dentro de la poderosa y rica Alemania, en treinta años no ha sido posible hacer converger el Este con el Oeste. Os muestro a continuación varios mapas donde se ven estas diferencias aún hoy en día. Un par de ellos están sacados de El Orden Mundial y el resto llevan la fuente. En ellos os muestro las diferencias regionales en renta per cápita, tasa de desempleo, estructura de la propiedad de la tierra, demografía e inmigración y hasta fracaso escolar, producción de basura o tendencias de voto a lo largo del tiempo. Lo cierto es que siguen existiendo dos países dentro de Alemania.
Y si eso es así os podéis imaginar que las diferencias entre Rumanía, Letonia o Bulgaria y Bélgica, Italia u Holanda son a día de hoy varias veces de esa magnitud con el añadido de las diferencias lingüísticas y étnicas. Si miráis por ejemplo Eurostat prácticamente todo el Este de Europa en bloque está por debajo del 75% de la media europea en cuanto a PIB per cápita o poder adquisitivo del ciudadano medio (Bulgaría, Rumanía, Hungría, Chequia, Croacia y Polonia ni siquiera cumplen a día de hoy los requisitos para entrar en el euro, además a medida que nos desplazamos hacia el Este las diferencias sociales también son más comunes y acusadas: hay mucha gente pobre, gente muy rica y menos clase media porque si en Europa occidental está desapareciendo allí simplemente no existía hace cuarenta años).
Pero es que teniendo eso en cuenta, aunque diésemos por buenas las cifras económicas más triunfalistas, esas que dicen que sus economías van muy bien, y que yo os digo que son engañosas, lo cierto es que en sus sociedades lo que podríamos definir como la mentalidad de base del grueso de la población no está convergiendo adecuadamente con los patrones occidentales (los supuestos valores que la UE iba a defender si no nos han engañado con esto también).
Os voy a poner algunos ejemplos basándome en estudios de esa institución tan poco sospechosa de heterodoxia como el Pew Research Center, que hace observatorios periódicos del Este de Europa.
Una razón para la mentalidad generalmente xenófoba, machista y conservadora imperante en los países del Este es la influencia todavía muy grande de la religión: tanto católica, como ortodoxa, como protestante. En todo el área el proceso de secularización está mucho menos avanzado que en Europa occidental por diversas razones. Para empezar porque la trayectoria histórica ha sido muy diferente, por ejemplo en países como Polonia la Iglesia articuló la resistencia nacional contra el régimen "ateo" de la URSS. Por su parte el Ejército en última instancia es visto en muchos países de la zona como el último bastión de defensa ante el peligro ruso. Por ello ambas instituciones gozan en general del prestigio de verse asociadas con la idea de democracia.
Por oposición en países como España o Francia históricamente las cosas han sido diferentes. De hecho en España la Iglesia se comprometió con la dictadura y el Ejército protagonizó numerosos golpes de Estado a lo largo de los dos últimos siglos, lo que ha erosionado al menos un poco el prestigio de esas instituciones en relación a la auténtica reverencia que se les profesa en el Este. Así en España (pese a que hablamos de un país todavía conservador para unos estándares realmente progresistas) lo cierto es que por lo menos se investigan (de manera superficial) posibles abusos sexuales de sacerdotes, mientras que por aquí en el Este la mera mención de esa última cuestión es un tabú, directamente implanteable. Todo ello al mismo tiempo que una buena parte de algunos departamentos universitarios de ciudades como Cracovia, Kaunas o Vilnius están ocupados por miembros del Opus Dei (si, en serio) y muchos colegios privados están controlados por jesuitas. Y es que en la medida en que se tipo de órdenes o movimientos pierden pie en Europa occidental se están reubicando en los países católicos del Este (en realidad los jesuitas ya tenían presencia desde hace mucho), mientras que en el resto de países del entorno la Iglesia ortodoxa es aún más conservadora que la católica.
Quizás por ello o por otras razones también son países donde la edad del matrimonio es más temprana y desde luego la mentalidad hacia las mujeres por ejemplo es muy distinta. Aunque es muy complicado encontrar encuestas que puedan explicar claramente las diferencias puede decirse que el feminismo tal y como se entiende en Europa occidental aquí no existe.
A ese respecto múltiples cosas nos diferencian. Desde la absolutamente brutal presión que tienen las mujeres para casarse y tener hijos antes de los 30 o como muchísimo los 35 años hasta el calado de una mentalidad digamos extrañamente "permisiva" con la prostitución en una sociedad en otros aspectos conservadora.
De tal forma no imagináis la cantidad de mujeres que en citas de Tinder me han comentado, sin darles la menor importancia aparente, incidentes con exnovios o parejas que en España por ejemplo serían considerados como agresiones sexuales o violencia de género. Y luego está la insistencia permanente en cosas que podemos considerar trasnochadas como que el hombre tiene que tomar la iniciativa incluso sin que la mujer dé su consentimiento explícito (para así mostrar confianza en si mismo), o dar cosas a la mujer "a cambio" de su atención, como si para ellas fuera invariablemente una carga (y en parte es así, el sexo para muchas mujeres adultas es visto como algo doloroso y no especialmente placentero que se da a cambio de estabilidad económica o social; en general las mujeres del Este se maquillan o vistan siguiendo patrones "mas femeninos" que en Europa occidental, pero eso no quiere decir necesariamente que tengan más ganas de follar por decirlo de algún modo, de hecho normalmente su interés en atraer a un hombre tiene poco que ver con eso y más con otros objetivos como recibir atención, satisfacer la obsesión por formar una familia, validación social, estabilidad económica, etc.).
Hay que entender además que muchas mujeres adultas nunca tuvieron una educación sexual como tal porque vivieron la adolescencia en los últimos años del comunismo o en los años del inmediato colapso posterior. Y en varios de los casos, sobre todo los países bálticos, hablamos de países que están en el top-3 de Europa y en el top-10 mundial en casos de suicidio (sobre todo masculino) o alcoholismo y probablemente de violencia de género, aunque sobre esto nunca he logrado encontrar datos (será casualidad). Pero mirar más abajo la cantidad de países del área que no han ratificado la Convención de Estambul contra la violencia doméstica. Os sorprenderá saber que unos cuantos pertenecen a la UE, por supuesto Ucrania tampoco y Rusia ni la ha firmado ni se lo plantea.
De hecho la última vez que lo consulté Polonia, que en el mapa aparece como país que ha ratificado el Tratado, se estaba replanteando el asunto. Mirad esta otra notica sobre Hungría.
Esto de más abajo es un extracto de una discusión que en realidad he tenido mil veces en Tinder y en persona. Una y otra vez me encuentro con mujeres que insisten en explicarme esa idea de que un hombre tiene que ganar más dinero que una mujer, hacerle regalos y mostrarse seguro y ocultar sus problemas porque eso es lo que un hombre "de verdad" hace. Normalmente después de un rato de conversación cuando empiezo a hablar de pasión y tonterías de esas se enfadan y me borran del móvil o se levantan y se marchan. Los cafés siempre los acabo pagando yo, por supuesto.
Por este tipo de cuestiones culturales así como la realidad económica de fondo países como Rumanía, Moldavia, pero también Polonia, Hungría, la República Checa, Eslovaquia, Lituania, Letonia, Estonia y por supuesto, fuera de la UE tanto Rusia como Ucrania son "productores" y "exportadores" netos de prostitutas. Podéis mirar por ejemplo datos de detenciones de la Interpol que así lo confirman.
Todo esto se combina con el hecho de que la práctica totalidad de países del Este de Europa pierden población de manera continúa porque son emisores netos de emigración hacia otros países de la UE. Bulgaria tenía casi 9 millones de habitantes antes de la caída del comunismo, hoy son 6,5 y la tendencia va a peor. Lituania país de unos 3,8 millones ahora anda por los 2,8. Croacia pese a que su economía va bastante bien ha perdido en una década el 10% de la población Salvo en el caso de Polonia, Chequia y Hungría (con políticas natalistas muy fuertes por motivos nacionalistas), la tendencia es similar por todo el área, tanto en los Balcanes como en el Báltico. Fuerte emigración, casi nula inmigración (ya que además no la quieren) y altas tasas de mortalidad por alcoholismo o suicidios, junto con unas tasas de homicidios brutales a medida que avanzamos hacia el Norte y el Este. En Lituania por ejemplo comprar una botellita de alcohol para desinfectar en una farmacia es una odisea porque mucha gente se lo bebe. Y algunos mueren por esas cosas o barbaridades similares. Mirar esta noticia del pasado verano.
En resumen, pese a que su población viaja y habla idiomas (de hecho en un país como Lituania, con muy serias deficiencias educativas, lo normal para el personal cualificado o un universitario medio es hablar entre tres y cinco idiomas; esto es así por razones en las que no voy a entrar), a que buena parte de esa población ejerce como emigrantes en países más ricos como Alemania, Francia o Reino Unido y a que cada vez reciben más turismo, el hecho es que este tipo de países, como Polonia o Hungría, manifiestan una serie de características que los diferencian claramente de Europa occidental. Digamos que al Oeste de Berlín lo públicamente correcto es declarar que aceptas a los homosexuales, o a los inmigrantes y que no odias a los negros o los judíos. Después hay gente que en realidad no es tan progresista de puertas para adentro, pero al menos se contiene cuando le hacen una encuesta en la calle y en general los políticos y los tribunales legislan luego en esa dirección sin necesidad de que Bruselas los tenga que presionar para ello.
Podría añadir a las imágenes que os he mostrado datos del Eurobarómetro pero es que da igual qué tipo de encuesta consultes, en todos los países de Europa occidental más del 50% de la población dice que no le molestan los extranjeros o que no odia a los musulmanes o los gays. Hay países un poco más conservadores que no pasan mucho de ese 50% en algunos temas, caso de Italia, y otros más progresistas como los nórdicos, pero todos tenemos eso en común, tanto países del Norte como del Sur. Pero es que en todo el Este de Europa la característica común es que en todas las encuestas más del 50% de la gente dice justo lo contrario a lo que decimos al respecto de estas cuestiones en el Oeste. Y eso es solo la parte visible del problema porque hay otra menos visible, sobre todo si eres turista, que afecta a como se está buscando dirigir el desarrollo social de manera activa para consolidar esa visión a través del control del aparato educativo o los medios de información públicos por parte de los diferentes gobiernos del área.
Sabidendo eso no extraña oir que en Polonia están intentado crear "zonas libres de gays", pero os pondré un ejemplo más sibilino de cómo funciona ese tipo de cierre social al margen de lo que digan las normativas comunitarias, en Lituania donde yo vivo hay una conocida página de Facebook de un fotógrafo local que se dedica a subir imágenes de "tendencias urbanas" en la ciudad de Vilnius. Es decir hace fotografías en la calle a gente joven en teoría para mostrar tendencias de moda. Lo curioso, diría que un tanto extraño, de esa página es que sistemáticamente hace fotografías a las chicas locales que son vistas paseando por la calle junto a hombres negros mostrando claramente el rostro de las chicas, como señalándolas antes sus familias. Pero igual soy mal pensado.
La cuestión es que desde Europa occidental se piensa que el problema es la falta de educación y que esto va a cambiar con el tiempo. Pero lo cierto es que en buena parte de Europa oriental a su vez se piensa que somos los occidentales los que no entendemos las cosas. Que estamos contaminados por la "infiltración comunista" que se produjo en nuestras universidades en los años 60. Según muchos "intelectuales" de esta parte de Europa cuando cayó el muro de Berlín los marxistas que en teoría controlaban nuestras instituciones cambiaron su discurso de la dominación puramente económica al campo cultural y eso nos llevó a los europeos occidentales a "dudar de nuestros valores" (que deberían ser dios, patria, nación, orden, seguridad pública, etc.; la multiculturalidad, la tolerancia, el feminismo newage o la redistribución de la renta a través de políticas públicas son vistas como desviaciones de lo que deberían ser los supuestos valores europeos) y en último término nos habría llevado a cuestionar el Estado-nación que en Europa oriental es visto como el garante no ya de la libertad de los individuos sino de la propia existencia de los mismos.
Hay que tener en cuenta que la mayor parte de Estados de Europa oriental existen de manera independiente desde hace solo unas décadas, bien porque antes habían sido ocupados por la Rusia comunista o zarista o bien porque formaban parte del Imperio otomano o el Imperio Austrohúngaro. Así que para ellos la primacía del Estado-nación en su versión digamos más étnicamente pura es un requisito básico para poder existir ellos mismos como individuos libres. Sus prioridades no están en la equidad social o el multiculturalismo, sino como he dicho en la familia (definida según un patrón tradicional de base religiosa) o un patriotismo de tinte ultranacionalista innegociable. Y están en su derecho, pero en ese sentido nunca van a aceptar una UE federal, eso tenéis que tenerlo claro. Húngaros o polacos ven la UE como algo puramente económico, meramente funcional, un medio para poder viajar libremente a países donde pagan mejores salarios, o recibir fondos europeos para mejorar sus carreteras... y nada más. Por ahora nos aguantan, porque les damos dinero. Pero eso es todo.
Estos países son aún más hostiles que el propio Reino Unido a profundizar en una unión política con naciones decadentes llenas de inmigrantes y "maricas". En Lituania por ejemplo, una encuesta del año pasado entre votantes de los dos grandes partidos revelaba que el 30% y el 26% de esos votantes pensaba que la UE estaba destruyendo los valores cristianos tradicionales y un 25% y 11% manifestaba nostalgia de los tiempos soviéticos (lo interesante es que no lo hacían por nostalgia de los servicios públicos o la igualdad social, que es lo que puede sorprender a alguien de izquierdas occidental, lo que añoraban de la URSS, pese a ser un régimen ateo, era que no había gays o sexo en la televisión y cuestiones así). Esas personas no son mayoría, pero son porcentajes interesantes sobre todo en el mundo rural fuera de las grandes ciudades.
Sumado a lo anterior países como Letonia o Estonia no reconocen la nacionalidad a poblaciones rusófonas que hubieran llegado al territorio después de 1940 (los consideran "colonos" al servicio del imperialismo ruso). En general en estos países no opera el concepto de nacionalidad que funciona en países como Francia o incluso EE.UU. donde uno "se hace" francés, aquí se nace perteneciendo a la nación y es algo que los diferentes departamentos de inmigración dificultan enormemente cambiar, ya que opera una visión étnica.
Todo esto junto produce una mentalidad curiosa respecto a muchas cuestiones. Recuerdo a una doctora en Química que me comentó que había estado en España para un congreso científico, concretamente en Pamplona y le había gustado mucho pero que en general ella no solía viajar más allá de Alemania. Cuando le pregunté por qué me respondió, sin darle importancia, que había muchos negros y que le daban miedo. Una persona dedicada a hacer test del coronavirus aprovechó para preguntarme qué problema teníamos en mi país con los alemanes, que al fin y al cabo luchaban contra los rusos y hacían algo bueno. Me di cuenta de que se refería a la Alemania nazi. Ese tipo de pregunta en formatos variados me la han hecho más veces por cierto en ocasiones incluyendo la variante de que los judíos eran casi todos comunistas así que más o menos se lo merecían (aquí un político lituano, para más gracia historiador, que afirma lo mismo aunque al menos luego tuvo que dimitir). Una estudiante de español, lituana, doctora, casada con un italiano, me preguntó una vez que por qué en España no "curábamos" a los homosexuales, que había tratamientos muy avanzados. Y podría seguir durante días contando estas anécdotas. Hoy mismo he tomado un café con una directora de una especie de planta de embalajes que ha vivido y estudiado en Londres y en Oslo. Saqué el tema de Ucrania y me dijo convencida (porque es lo que le contaron sus padres) que los alemanes (se refiere a la II Guerra Mundial) daban chocolate a los niños pero que después llegaron los rusos y robaban las salchichas, siempre estaban sucios y olían mal. Es fascinante ver visiones del mundo tan simples en personas que hablan tres o cuatro idiomas y con un nivel económico muy alto. Recordemos que hasta mediados del s. XX Vilnius era uno de los más grandes centros de judaísmo del Este, con un enorme ghetto, hoy la población judía en la ciudad ronda el cero por ciento. Aquí más abajo foto de los alemanes repartiendo chocolate en la cercana ciudad de Kaunas, nótese que son milicianos locales los que hacen todo el trabajo ante la aparente curiosidad de la población civil.
Por supuesto en todos los países hay gente con ideas peculiares. La cuestión es el porcentaje. En general el Este de Europa ha sido por ejemplo una de las zonas más reacias a vacunarse contra el covid, y no por la falta de vacunas o infraestructura médica, al contrario, yo me vacuné tres veces sin tener que hacer una sola cola en parte debido a la poca gente que quería hacerlo.
Todo esto en conjunto, aunque nadie hable de ello, es una bomba de relojería para el proyecto de la UE porque los países del Este de Europa no comparten ni el modelo de democracia -más o menos corrupta o imperfecta, da igual- que tienen países como España, Portugal o Francia, ni los valores que se supone caracterizan a una sociedad democrática europea tal y como la entendéis probablemente la mayoría de los que leáis esto.
Para empezar en la mayor parte de estos países el mapa de partidos políticos empieza a la izquierda más o menos donde está el Partido Popular en España (en serio, no estoy exagerando). En varios países se considera que formaciones socialistas o comunistas deben ser directamente ilegalizadas y de hecho no existen en la práctica más que como fuerzas marginales al estilo de movimientos neonazis en España. Un partido como Vox sería el centro político en Hungría, Polonia o Lituania.
Por eso el gobierno húngaro intenta prohibir que la homosexualidad sea siquiera mencionada en manuales escolares. Posición que, por cierto, el presidente de Lituania se negó a criticar cuando la UE intentó coordinar una protesta unificada. Por eso el Parlamento polaco tiene un Comité dedicado exclusivamente a luchar contra el "peligro" ateo. Y recordemos que a finales del año pasado el Tribunal Constitucional polaco falló, para curarse en salud ante futuros conflictos como los que está teniendo Hungría con Bruselas, que el ordenamiento jurídico polaco (en el cual empiezan a acumularse una serie de leyes y medidas ejecutivas muy divertidas que afectan a campos como el de la educación pública para aproximarla al adoctrinamiento) tiene primacía sobre las normas europeas. En otras palabras, Polonia puede enviar emigrantes a donde quiera y recibir fondos europeos, pero en cuanto a lo que hacer a cambio es su gobierno el que decidirá qué les conviene y qué no, como con la moneda, ya que no han adoptado el euro (ni Hungría tampoco, por cierto) para evitarse la inflación que otros países han sufrido (algo muy inteligente en todo caso).
Supongo que habréis escuchado hablar de la matanza de Odessa de 2014 cuando algunos amables nacionalistas ucranianos quemaron dentro de un edificio a unas 30-50 personas, aunque el número de heridos o desaparecidos ese día ni se sabe. Por supuesto ni el Gobierno ni la policía procesaron a nadie. La gracia del asunto es que entre las fotos que se subieron a redes de la gente que aparece celebrándolo en la calle (y rematando a golpes a la gente que intentaba salir del incendio) aparece la líder del movimiento Femen en el país. Para que os hagáis una idea del nivel de... esquizofrenia del que hablamos a medida que vamos hacia el Este (y sí, Rusia está todavía más al Este así que está peor en todo, pero yo os estoy hablando de los "nuestros" y de nuestros nuevos amigos ucranianos).
En todo caso como queda feo decir que en toda esta parte de Europa se está incubando un problema muy gordo, pues nadie lo dice, igual que hace veinte años en España casi nadie hablaba de corrupción en la Casa Real o de problemas en el sistema autonómico. Pero existían ¿verdad?, estaban ahí para quien quisiera verlos.
Es decir en el seno de la UE hay una serie de países que son bastante menos “europeos” de lo que nos han dicho. No compartimos para nada el modelo de sociabilidad, la forma de flirtear, el humor, referencias culturales como juegos, libros o música (mis estudiantes no saben quien es Asterix por ejemplo) o la forma de doblar películas. Pero todo eso es superficial y no es tan importante. La diferencia importante con el Oeste de Europa es que esas sociedades poseen una serie de problemas étnicos y territoriales importantes (tanto en los Balcanes como en el Báltico existen esos problemas, por ejemplo los límites de la Polonia histórica fueron movidos por Stalin hacia el Oeste al final de la II Guerra Mundial, Bielorrusia se quedo un buen trozo del país y a cambio Polonia recibió como un tercio de su nuevo territorio de manos de Alemania y en medio de todo ello hay ahora una base naval rusa en Kaliningrado) y sobre todo que varios países fronterizos tienen un problema de base en su relación con Rusia que es mucho más grave de lo que podéis ser conscientes (por ejemplo, como creo que ya mencioné de pasada, en Estonia hay una importante minoría de cultura rusa que el nacionalismo estonio simple y llanamente no acepta, de tal forma en la tercera ciudad del país, Narva, casi toda la población es de lengua y cultura rusa, han vivido allí toda su vida, pero menos de la mitad hablan estonio o tienen la nacionalidad estonia; en Letonia pasan cosas similares).
Para que lo entendáis, cuando me vine a vivir aquí tenía mucho interés por el periodo comunista, quería que me contaran cosas de la transición entre un modelo y otro, de qué cosas habían mejorado y cuáles no... Error. En cinco años quizás me habrán comentado cinco o seis frases sobre ese periodo. No existe. El comunismo fue el mal y punto, pero lo mejor es que los jóvenes ni siquiera saben algo sobre él, son incapaces de darme datos, nombres o fechas. Probablemente yo se más que ellos sobre la política o la economía de la época. En esencia no saben nada, solo que fue "el mal" y que no hay que mencionarlo o preguntar, punto. De hecho la cuestión ni siquiera es capitalismo/comunismo. El problema de fondo para todos estos países es Rusia. Y tiene lógica, la mayor parte de ellos fueron ocupados por la Rusia zarista (el caso balcánico es diferente en este punto) mucho antes de que existiera el comunismo, así que su problema no es (solo) con el comunismo, es con Rusia como concepto. Viven constantemente atemorizados por la posibilidad de que los rusos vuelvan. Vivir aquí es como esta última semana de la guerra de Ucrania... pero todos los días, cada año, año tras año. Una preparación constante para el día inevitable en que Sauron y sus hordas volverán desde el Este para violar a las mujeres y esclavizarnos y matarnos a todos. Como no puede ser de otra manera.
Es un miedo en parte irracional ya que Rusia es una potencia nuclear con unos pies de barro y una economía del tamaño de la de España, Italia o Corea de Sur (es posible que la guerra de Ucrania sea un golpe insalvable aún si la ganan, no tienen ninguna posibilidad contra la OTAN en bloque, o en un guerra convencional con una potencia industrial de verdad). Además es un país enorme pero prácticamente despoblado en muchas áreas, pese a sus 145 millones de habitantes, y con unos problemas de estancamiento demográfico y diversidad étnica brutales. Pero eso da igual. Polonia o las repúblicas bálticas consideran y siempre lo harán, no importa lo que el otro haga, que Rusia es una amenaza para su existencia, porque de hecho lo ha sido desde hace medio milenio, y sus sistemas educativos jamás permitirán que eso se olvide ya que la "resistencia" a "lo" ruso es parte consustancial de la identidad nacional. Como ya lo es para el nacionalismo ucraniano desde hace unos años. ¿Recordáis el libro de Owen Jones sobre el estereotipo británico de los chavs y el contenido de clasismo que lleva aparejado? En cierta forma aquí se da respecto a la población rusa, en teoría un atajo de idiotas alcohólicos y violentos vestidos con chándal.
En última instancia los servicios secretos y diplomáticos viven en un estado de guerra no declarada permanente en esta parte de la UE. Por ejemplo paseando por el centro de Vilnius es posible encontrarse con toda la oposición "democrática" (la mayor parte de ellos oscilan entre Vox y Fuerza Nueva según estándares occidentales, la única diferencia con el dictador es que admiten elecciones libres y son fieles a EE.UU. y no a Rusia) al régimen de Lukashenko en Bielorrusia que vive refugiada aquí subvencionada con dinero del gobierno lituano o polaco.
La fricción fronteriza es permanente y siempre se achaca a Rusia, pero no importa lo que Rusia haga... porque Rusia en si misma es un problema, el problema. Es demasiado grande y amenazadora y esa opinión nunca cambiará, lo que quizás es una estimación correcta pero ha condicionado y a partir de ahora lo hará aún más toda la política de la UE en esa frontera. Son países que se encuentran de hecho mucho más cómodos en la OTAN negociando directamente con los EE.UU. antes que interactuando con Alemania o Francia en el seno de la UE.
Por ello hace tiempo que los países del Este de Europa están creando grupos propios en el seno de la UE ya que en política exterior tienen unos objetivos, intereses y puntos de vista que en muchos casos no coinciden con los de otras áreas de la UE. Tomaros la molestia de consultar que es el Grupo de Visegrado o la Iniciativa de los Tres Mares.
En suma, están dentro de Europa, sus capitales parecen Europa, pero no son realmente lo que nosotros pensamos que es la UE desde nuestras casas en Madrid, Lisboa o Bruselas. Son países donde los que consideran democracia es un sistema de partidos liberal o conservador según el modelo estadounidense. Donde no consideran normal implementar jurídicamente nada de lo que consideramos "feminismo" en Occidente. Donde no quieren inmigración musulmana, ni población negra, ni gitanos, y no tienen ningún problema en decirlo claramente. Donde consideran la homosexualidad una anormalidad y que los partidos socialistas o comunistas deberían ser prohibidos y los sindicatos contenidos todo lo posible. Mirad la lógica Oeste-Este tan clara en el gráfico sobre negociación colectiva que adjunto un poco más abajo.
Esto último no es casualidad. En cinco años en Lituania no he visto una huelga jamás. Hablamos de un país con salarios de 600-700 euros y pensiones de jubilación de 300 euros pero que solo son un 20% o un 30% más baratos que España y en según que sectores como la ropa o la tecnología los precios son iguales. De hecho según los datos oficiales en Lituania la pensión media tiende a ser un 31% del salario previo. En Polonia el 35%, en Rumanía el 41,6% En Estonia el país hipster por excelencia que lo está petando en la web ese porcentaje es el 53,1%. Quizás por eso Estonia el país con el aeropuerto más Ikea del planeta y donde mola asentarse como nomad para crear una start-up tienen un porcentaje brutal de jubilados, sobre todo de época soviética, que nadie ve, porque no salen a tomar cafés a tres euros por el centro de Tallin, pero que al hacer la estadística te salen en riesgo de pobreza (en el título del gráfico hay una errata)
En España jubilados en riesgo de pobreza en principio estamos sobre el 13% y en relación a los estándares españoles, que son bastante mejores en cuanto a ropa, comida y otras cosas. Pensar por ejemplo que donde yo vivo tenemos que tener la calefacción (de gas) encendida 24 horas al día desde finales de octubre hasta finales de abril. Y si no la pagas te puedes morir congelado.
Volviendo al tema de la jubilación en comparación con los magros salarios previos el porcentaje en Letonia es el 54,3%, en Slovenia el 57,5%, en la República Checa el 60 más o menos. Por comparación en España es el 83,4, en Portugal el 89,6 y en Italia el 91,8. Y nos quejamos porque tampoco estamos para tirar cohetes.
Pero entonces ¿cómo va sobreviviendo esa gente sin que haya un estallido social? En primer lugar hay que tener en cuenta que hablamos de sociedades civiles no solo muy conservadoras sino también muy desmovilizadas. En ese aspecto la herencia del pasado cuenta. La mayor parte de la gente tiende a no hablar de ello o "meterse" en cuestiones políticas ya que hasta hace unos treinta años eso implicaba exponerse a una brutal represión. No hay costumbre de llevar a cabo debates públicos o tener una perspectiva crítica de las cosas, al menos de forma abierta. Por ejemplo, a pequeña escala me resulta asombroso y preocupante enseñar en una Facultad de Humanidades y que pasen meses enteros sin que un solo estudiante me haga una pregunta o cursos completos sin que uno solo alumno se atreva a cuestionar nada de lo que digo.
Y luego hay otros factores. Por ejemplo la mayor parte de la gente es propietaria de algún apartamento ruinoso que se les asignó en época comunista y cuya propiedad les fue confirmada tras el cambio de sistema, o de viejas casas familiares en los pueblos con lo que realmente muy poca gente no extranjera tiene que pagar un alquiler o una hipoteca salvo en las grandes ciudades. En Lituania el 80% de la población es propietaria del piso o casa en el que vive, por completo, sin hipoteca de por medio. En España obviamente esa cifra es menos de la mitad, la mayoría de la gente tiene que pagar al banco o al casero en muchos casos cientos de euros cada mes, lo que compensa parcialmente las diferencias en el salario medio. Los coches (en su mayor parte robados o coches de segundo mano traídos de países como Alemania u Holanda) son baratos, hay tiendas de ropa de segunda mano casi en cada barrio, un "menú" equivale en cantidad a la mitad de lo que te servirían en España o Italia (en Polonia no, la cantidad es mayor) pero también es más barato. Desde luego la obesidad no es un factor de riesgo masivo en países como Letonia o Bulgaria. Y la economía sumergida es brutal (que un español diga esto debería resultar muy preocupante), un amplio volumen de la población cobra en negro todo o parte de sus salarios para evitar los impuestos e inflar así un poco el salario que perciben (a mi como funcionario público se me retiene por ejemplo casi el 40% de mi sueldo bruto). Ese tipo de cosas.
Dicho todo esto vuelvo al ejemplo de Lituania, en cinco años he visto tres o cuatro manifestaciones. Una, a la que fui, fue para pedir un aumento de salario para los profesores, por supuesto no hicimos huelga porque no hay tampoco sindicatos para coordinar a los profesores. Acudimos unos pocos cientos de personas. Otra fue para protestar contra los supuestos espías rusos infiltrados en el Parlamento. Miles de personas. Y otra para protestar contra las vacunas cuya obligatoriedad va contra las libertades individuales. Esa fue la mayor protesta con diferencia.
Si he escrito todo esto en primer lugar fue para explicaros un poco, más allá de las apariencias que podéis captar como turistas cuando visitáis el centro de algunas capitales el fin de semana, el estado preocupante de las sociedades de muchos países del Este de Europa.
Bueno pues Ucrania antes de la guerra estaba mucho peor respecto a cualquier indicador económico, social o cultural. La "democracia" ucraniana era más o menos un equivalente a la democracia española en la época de la Restauración. Un régimen ultracorrupto a todos los niveles de la administración donde los caciques locales, los dueños de la riqueza o de las industrias locales, decidían el resultado de las elecciones en esa zona y en agregado más o menos imponían o al menos condicionaban al presidente, que en la mayoría de los casos solía ser un títere de alguno de los oligarcas más poderosos o de diversos servicios de inteligencia extranjeros. Bien sea de los rusos, bien de los EE.UU. o de varios de ellos a la vez en un equilibrio imposible. Incluso Zelenski se dice que llegó al poder siendo un hombre de Ihor Kolomoyskiy el dueño de la televisión donde trabajaba. Hace unos años Yulia Timoshenko estaba muy bien conectada con empresas energéticas de EE.UU. y todo para acabar procesada cuando otro de sus rivales se hizo con el poder.
Lo más preocupante es la relevancia que ya antes de la guerra tenían en el país grupos de paramilitares de ideología nazi como el celebérrimo batallón Azov. Aunque la propaganda rusa ha usado esto hasta un punto de hacerlo caricaturesco (porque no es cierto que la sociedad ucraniana en su mayoría sea literalmente nazi), no deja de ser una verdad inconveniente que esos grupos tenían ya antes del momento de histeria nacionalista actual (que sin duda está disparando su prestigio y poder), un peso proporcionalmente desmedido en la sociedad y la política ucranianas. Por cierto, os iba a poner un enlace a un artículo sobre grabaciones de violaciones a menores en la zona de conflicto de Donetsk, en relación a uno de estos grupos. Como la noticia era de hace varios años el diario ABC no tuvo ningún problema en publicarla entonces. Hoy las tornas han cambiado y el periódico ha borrado de su web todo rastro pero más gente se ha dado cuenta.
Pues bien ¿os imagináis lo que puede ser integrar en la UE a más de 40 millones de ucranianos? Estoy seguro de que hay algunos ucranianos muy simpáticos que viven en Torrelodones o donde sea. Y cuando tomas un café en el bar con ellos todo va muy bien. Pero eso no implica que seas consciente de su ideología cuando forman parte de un grupo organizado. Estaríamos hablando de más de 40 millones de personas que aunque sean blancos y rubios y geográficamente europeos, constituyen una sociedad con un nivel de desarrollo a la altura de la España de los años 50. Con las ideas de los españoles de los años 50. Literalmente. Aunque obviamente no lo van a ir gritando por la calle, sobre todo en otro país. Y con un nivel educativo y cultural medio un poco mejor (paradójicamente gracias al tejido educativo público y de universidades que dejó el periodo comunista) pero muy por debajo de estándares siquiera comparables a un instituto de Secundaria español de nuestros días.
Para que lo entendáis, la universidad donde yo trabajo, que es la mejor de los Países Bálticos, maneja un presupuesto de unos 40 millones de euros al año. En España tenemos más de 80 universidades y una universidad media un poco decente, estilo la Complutense, maneja presupuestos entre los 400 y los 600 millones anuales. Por supuesto eso es muy poco en comparación con Francia o Alemania. Para Ucrania los 40 millones de mi universidad son inalcanzables.
En Lituania, o Letonia, o países como Bulgaria, me da lo mismo, un funcionario público no tiene una posición de privilegio económico como en España salvo en puestos muy altos. Si en España un profesor de Secundaria gana por encima de 2.000 euros al mes con 14 pagas en estos países no hay pagas extras y el salario de un funcionario público puede oscilar entre 500-800 euros (por supuesto depende del campo y el país, en una economía que va "muy bien" como Polonia están un poco mejor, siendo casi el doble y yo no conozco todos los casos ni a día de hoy exactamente, simplemente aporto mi impresión de la idea general). Los precios son más bajos que en España pero tampoco tanto. Estaríamos hablando de mileuristas hecha la equiparación de precios. Por mucho que penséis que España es un país corrupto o chapuzas no podéis imaginar cómo son los cosas en países como estos. Profesores universitarios que se quedan dormidos y se olvidan de ir al trabajo el día del examen, empleados que se piden bajas de varias semanas en invierno para emborracharse, y no se puede hacer nada porque no los puedes sustituir por otros ya que la mayor parte de la gente y el personal cualificado o se ha ido o está planeando irse. La mayor parte de estos países (con la excepción de Polonia, Hungría y la República Checa donde la economía va un poco mejor) son una pura fachada, una pura postal turística basada un centro de la capital con rascacielos y edificios restaurados que dan buena impresión a los visitantes extranjeros y permiten arrojar algunas cifras macroeconómicas aparentemente buenas. Todo ello ocultando una realidad social aterradora una vez que te sales a los pueblos, las pequeñas ciudades o mismamente al extrarradio de la propia capital. Realidad social y cultural dramática que a su vez da lugar a unas tendencias políticas y a unas actitudes mentales que difieren mucho de lo que los que estáis leyendo esto pensáis que es "europeo".
Y como os digo Ucrania es otro mundo por debajo de este que os estoy contando. O lo era ya antes de que su país fuera arrasado. Imaginar cómo va a estar después. Por ejemplo países como Lituania o Rumanía están a la cabeza de empresas de logística y transporte por carretera en la UE. Hace unos meses cuando en Europa y sobre todo el Reino Unido atravesamos problemas de ese tipo se habló de lo duro y mal pagado que es ese tipo de trabajo. Pues bien las empresas radicadas en Lituania debido a los bajos salarios en realidad ni siquiera emplean camioneros locales. La población malpagada de estos países se dedica al trabajo de oficina, a los call center de empresas internacionales ubicados aquí para ahorrar costes. La mayoría de los camioneros son ucranianos. ¿Y quienes creéis que se dedican a las labores más ingratas de construcción aquí o en Polonia? Exacto, inmigrantes ucranianos. Antes de esta hipócrita ola de supuesta simpatía inducida por los medios la mayor parte de la gente de Europa occidental que acudía a Ucrania era para irse de putas (así como suena), comprar niños (soy muy crítico sobre todo con el tema de los vientres de alquiler), o cosas aún más patéticas.
Y ojo, no estoy defendiendo que las cosas deban ser así, simplemente subrayo la brutal hipocresía de cómo no hemos hecho nada durante años respecto a cosas muy graves que probablemente ya no tienen remedio.
En cualquier caso imaginar lo bueno que será después de la guerra que se libra estos días integrar en Europa esa sociedad, reforzando aún más el bloque de países del Este en el seno de la UE, con su visión de las cosas y su política exterior furibundamente antirrusa (integrar al mismo tiempo a Georgia y Moldavia como he llegado a escuchar roza el delirio en un momento en que en Europa occidental hace dos décadas que se vive cada vez peor). Y de paso facilitar el desplazamiento hacia el Oeste de cientos de miles de individuos con experiencia de combate, quizás traumas de guerra e ideología neonazi (he dicho que la mayoría de lo ucranianos no son nazis, pero varios cientos de miles, una mayoría amplia de ellos integrados entre los batallones de élite del ejército, sí lo son). ¿Qué pasará con esa gente cuando termine el conflicto?
Sin duda puedo estar equivocado, solo quería compartir con vosotros estas reflexiones en un tiempo de pensamiento único. Algunas de los cuales quizá vuelvan a ser de utilidad dentro de algunos meses o un par de años.