Los
bueyes doblan la frente,
impotentemente
mansa,
delante
de los castigos;
los
leones la levantan
y
al mismo tiempo castigan
con
su clamorosa zarpa.
Miguel
Hernández, “Viento del pueblo”
La
verdad es que la actualidad española reciente es un filón. Pero
podéis estar tranquilos porque hoy no pienso martirizaros con un artículo de
opinión sino que voy a aprovechar algunos hechos cercanos en el
tiempo para explicar una cosa, intentando que sea de forma rápida y pedagógica.
El
punto de partida van a ser las movilizaciones contra las
restricciones al movimiento y a la apertura de negocios que se dieron
hace algunos días en los barrios pudientes de Madrid en el contexto
de la pandemia de coronavirus.
No
voy a entrar en las cuestiones de política local que rodearon el
suceso porque para eso ya tenéis a los medios tradicionales y las
tertulias y foros de política. Lo que me interesa es poner en
relación lo anterior con algunas teorías sociológicas, que son las que para mí dotan de interés a esos eventos de otro modo
irrelevantes.
Como
siempre empecemos por la explicación del contexto teórico.
Veréis, en diversas ciencias sociales como la economía o la sociología un
tema de debate recurrente en el pasado ha sido la cuestión de la “elección
racional”. Simplificando mucho, la cuestión es si los individuos
toman decisiones, por ejemplo sobre compras, en base a un cuidadoso análisis de costes y beneficios en relación con sus
necesidades y los datos objetivos… o bien se dejan llevar por
impresiones, deseos irracionales, emociones, impulsos o como queráis
llamarlo y en consecuencia pueden llegar a tomar decisiones absurdas
o manifiestamente erróneas, desde comprar productos que no necesitan
a sobrepagar por ellos o movilizarse políticamente para apoyar a un
partido que va en contra de sus intereses objetivos como individuos.
Lo
cierto es que la realidad no para de decirnos que lo segundo ocurre
con insultante frecuencia. Así que la cuestión en torno al problema
de la “elección racional” ya no está en decidir si el
proceso de toma de decisiones se desarrolla exclusivamente en el
plano de la estricta lógica, pues ya sabemos que no es así o al
menos no lo es siempre (algunos dirían que casi nunca lo es), sino que el centro de la cuestión hace tiempo que se ha desplazado hacia
el por qué de esa aparente anomalía.
A
ese respecto existen muchas explicaciones posibles, desde que los
ciudadanos normales no siempre cuentan con toda la información
necesaria para tomar la decisión correcta, hasta interpretaciones
más basadas en la importancia de las cuestiones subjetivas que
conforman nuestra personalidad.
Pero
hoy dije que tomaríamos como punto de partida unas movilizaciones
y eso se debe a que todo esto que he explicado tiene importantes derivaciones
especialmente en relación a algo que considero muy importante: las
teorías en torno a la acción colectiva. Es decir, qué tipo de
razones llevan a las personas a movilizarse en grupo, sobre todo como
forma de protesta contra algo.
Sin
duda para ello existe una amalgama de factores según la situación, por lo que, como casi siempre, no existe una sola teoría que lo explique todo
sino que lo más efectivo es combinar varios
enfoques distintos pero complementarios. Ahora bien, a ese respecto voy a centrarme hoy aquí en una de las hipótesis más interesantes, lo que se ha dado en llamar como el "modelo de expectativas".
Para
las primeras teorías de la acción colectiva, muchas de ellas
influenciadas como no podía ser de otra forma por la vieja lógica
marxista, resultaba evidente que la movilización ha de tener
relación directa con el descontento y este con la situación social
objetiva. En otras palabras, serían aquellos grupos sociales con más
problemas y que viven en una situación más precaria los más
proclives a movilizarse.
Y
sin embargo, una vez más, sabemos que las cosas no son así de simples. De nuevo resumiendo mucho, la
historia contemporánea nos enseña que en realidad el tamaño del
agravio depende de la relación entre tu situación laboral,
socioeconómica o jurídica objetiva… y tus expectativas,
determinadas a su vez por factores como la educación.
En
otras palabras, un inmigrante marroquí con un trabajo de jornalero
en el que es explotado por su patrón puede llegar a convencerse de que no debe
anhelar nada mejor, o tal vez no tiene la formación suficiente
para aspirar a otras posibles alternativas laborales, o siquiera para
informarse de posibles acciones legales con las que protegerse.
Incluso es posible que después de una vida de miserias no posea la
autoestima necesaria para quejarse. Y en última instancia puede
considerar que el riesgo no vale la pena ya que no puede arriesgarse
a perder su penoso trabajo dado que no posee ahorros de ningún tipo.
Debido a todo ello es muy posible que no proteste de forma pública por su situación (quizás luego eso puede
llevarle, o no, a canalizar su insatisfacción a través de hábitos
poco saludables o la simple delincuencia, pero esa es otra cuestión).
En
cambio un piloto de aerolíneas con un sueldo anual diez veces superior puede llegar a
pensar que en relación a su formación y a sus posibilidades en el
mercado la situación que vive en su empresa es intolerable ya que él
merece mucho más. Eso ocurre porque posee tanto la autoestima, como los conocimientos de los mecanismos legales, los ahorros, la ambición y la autoconfianza para exigir una mejora inmediata
en las que a sus ojos son unas paupérrimas condiciones de vida.
Y
esto es muy interesante cuando lo aplicamos a nivel de grupo. Es decir, la movilización colectiva a veces
depende de la separación entre la situación concreta que se
considera injusta y las expectativas que poseen los teóricos
agraviados. Por ejemplo, en el caso de la revuelta contra el dominio
inglés en las colonias americanas, muchos soldados que llegaron a
territorio de los actuales EE.UU. para reprimir la sublevación se
sorprendieron al darse cuenta de que gran parte de la población en los
territorios rebeldes vivía mejor que ellos en la metrópoli. De tal forma muchos sublevados se sentían injustamente explotados a pesar de vivir en granjas más grandes y fértiles que las que poseían por entonces los leales súbditos del rey en Inglaterra. De hecho la mayoría de aquellos
luchadores “por la libertad” americanos que se consideraban injustamente
tratados no tenían ningún problema en combinar la petición de más
libertad política y menor presión fiscal para ellos mismos, porque
consideraban que la merecían, con negar por completo cualquier
derecho a sus propios esclavos negros, los cuales estaba claro para
ellos que no merecían nada mejor.
Llegados aquí una cuestión a añadir es que, además, las expectativas no siempre dependen de una análisis
racional, sino que son algo profundamente subjetivo.
En
el proceso evolutivo que nos ha separado del resto de animales sin
duda el desarrollo del pulgar oponible o el bipedismo han desempeñado
un papel importante. Pero otro tipo de transformaciones más
abstractas también. Desde la aparición del lenguaje a las
modificaciones necesarias en el cerebro para que lo anterior fuese
posible.
Dichas
modificaciones permitieron además que desarrollásemos primero
tecnología y después cultura entendida como la conjunción de
tecnología más otro tipo de innovaciones como la aparición del arte
o de cultos funerarios.
Y al
final de todo ello un aspecto clave en nuestra evolución como especie ha sido el
desarrollo de la capacidad de anticipar, prever, planificar, diseñar,
de imaginar, de ser capaces de contemplar un material e inmediatamente visualizar el útil que se puede
fabricar con dicho material, o tener la posibilidad de elaborar estrategias de caza anticipando las reacciones de otros animales. Es cierto que algunas especies animales también pueden fabricar primitivas herramientas o desarrollar estrategias para conseguir comida, pero ninguna comprende como los humanos que ciertas cosas están causadas por otras y que modificar lo segundo implica alteraciones en lo primero. El problema es que nuestra constante búsqueda de una explicación incluso para eventos sobre los que no tenemos suficiente información nos ha llevado, con el tiempo, por el camino de imaginar entidades y
conceptos completamente ajenos a la realidad terrenal. Por ejemplo
mitos, dioses y religiones. Y llegado a un punto conviene empezar a
preguntarse si esa capacidad de imaginar, desear, y en última instancia de generar realidades mentales inexistentes, algo que ciertamente ha sido valioso para nosotros en
el pasado no constituye al mismo tiempo un peligroso bug insertado en nuestra programación mental. Un cuchillo de dos filos, una habilidad que nos ha permitido separnos de los animales y controlar la naturaleza, pero que llegados a un determinado nivel evolutivo nos dificulta elevarnos hacia el siguiente nivel al mantenernos presos de una serie de valoraciones erróneas.
A fin de cuentas, pese al gran avance
que se ha dado desde tiempos primigenios en nuestro conocimiento de
la naturaleza que nos rodea, vivimos en sociedades donde el
volumen de decisiones y actos que llevamos a cabo en relación a
ideas por completo equivocadas resulta todavía sorprendentemente elevado.
De cara a lo anterior cuando el problema no son las ideas imaginarias lo son las
interpretaciones sesgadas o erróneas de la realidad. Un ejemplo
clásico es el de las valoraciones sobre la peligrosidad de los diferentes medios de transporte.
Debido a la espectacularidad de los accidentes aéreos en concreto y
a la cobertura que hacen los medios de ellos, mucha gente piensa que
viajar en avión es bastante peligroso cuando matemáticamente
se ha demostrado repetidas veces que es uno de los medios de transporte
más seguros, a diferencia de viajar en coche o sobre todo en
motocicleta. Sobrestimamos la amenaza que el terrorismo representa
para nuestras sociedades, pero luego infravaloramos el peligro de una
mala dieta, o de algo tan aparentemente inofensivo como llevar a
nuestros hijos a la piscina.
Se
puede así separar el mundo “en sí”, es decir el de los datos y
la realidad objetiva, de la realidad “para sí”, es decir la idea
(inexacta o incompleta) que nos hacemos de cuál es la realidad (confusión a la que luego los mass media o los políticos contribuyen de forma interesada).
En
definitiva, el cerebro humano posee varios sesgos cognitivos, eso
sumado a que la memoria humana no es fiable, así como el peso de
tradiciones, supersticiones, creencias y otra serie de lastres, nos lleva
a que las sociedades humanas alberguen en su seno una peligrosa
contradicción entre la realidad y lo que los humanos creemos que es
la realidad. Es más, el problema es que en el seno de la Humanidad
conviven múltiples interpretaciones diferentes y en muchos casos
antagónicas de lo que diferentes grupos de individuos consideran
como la realidad auténtica.
Esto
tiene múltiples implicaciones que a su vez en ocasiones inciden aún
más a la hora de impedirnos tener una imagen de conjunto de nuestra
verdadera realidad para en cambio contribuir a mantenernos en la
caverna contemplando sombras. Por ejemplo, un estudio reciente llevado a cabo por investigadores españoles incide una vez más en
algo que no es nuevo. Nuestras modernas sociedades igualitarias no
solo son cada vez menos igualitarias, sino que además las personas
tienden a mezclarse menos que antes. En la era de la libre movilidad
los individuos cada vez se juntan más con otras personas del mismo
nivel económico y que profesan las mismas opiniones. Las consecuencias
de todo esto en relación a la crisis de las ideas igualitaristas que
vive nuestro tiempo son obvias. Pero hoy me interesa más lo que todo
esto supone a la hora de hacernos con una imagen de conjunto fiable del mundo en el que vivimos, ya que de cara a formar nuestra opinión sobre él nos basamos
mucho en nuestras impresiones personales, las cuales normalmente son
eso, meras impresiones subjetivas, sesgadas por nuestro punto de
vista y nuestras experiencias aleatorias.
Os
cuento una anécdota al respecto. Como sabéis yo vivo en Vilnius, en
Lituania, desde hace algún tiempo. Es un país muy pobre, no obstante
un turista que haga un tour por el Báltico y visite la ciudad
durante un fin de semana, o ya puestos un estudiante Erasmus entre
los muchos que pasan seis meses de fiesta fingiendo estudiar en
alguna universidad de la zona, difícilmente van a percibir el nivel
de miseria real. En todas partes es una obsesión el mantener las
apariencias, salvar la cara, ofrecer una fachada de prosperidad que
ponga el orgullo a salvo, pero en el Este de Europa esto alcanza
cotas obsesivas. Así que un paseo por el centro de la capital un fin
de semana, que es todo lo que la mayoría de visitantes extranjeros van a contemplar del país, ofrece una
imagen de prosperidad perfectamente homologable a cualquier gran
ciudad de Europa occidental. Hay abundantes locales hipster, lujosos
centros comerciales, los precios son relativamente altos y todo el mundo parece conducir un
cochazo y vestir a la última moda. Por tanto si no vives aquí no resultan tan
evidentes los niveles de endeudamiento, o el hecho de que muchas de
esas personas impecablemente vestidas con las que te cruzas en esos locales viven en viejos bloques de apartamentos de época soviética en condiciones deplorables. Por su parte los salarios
oscilan entre los 500 y los 800 euros con jubilaciones bastante
inferiores. Sin embargo debido al euro los precios se han disparado y ya son más
o menos como en cualquier otro país de la UE, quizás hay cosas un 20% o 30% más
baratas, pero eso no compensa que los salarios sean mucho menores si
los comparamos con países de Europa occidental. Obviamente son la
economía sumergida (la prostitución por ejemplo es una salida laboral más para muchas jóvenes) y otros factores los que previenen un estallido
social.
Pero
esa no es la anécdota. Hace unos meses durante un curso les
intentaba explicar este tipo de cosas que os cuento ahora a algunos
estudiantes universitarios, la mayoría de los cuales trabajan. Les hablaba de cómo para evaluar rápidamente la salud
de la economía de un lugar puede ser útil buscar el salario medio
pero también el salario tipo más frecuente (el más común, no la
media matemática entre todos los salarios porque aquí en un país con mucha
desigualdad social los salarios más altos pueden elevar mucho las
cifras). Y les ponía el ejemplo de su propio país, pensando que era
una situación que conocían mejor. Una estudiante al escuchar las
cifras que he mencionado un poco más atrás se enfadó mucho, me
dijo que “como siempre” los extranjeros llegamos con nuestras
ínfulas de superioridad y nuestras ideas preconcebidas, y añadió que ella no
conocía a nadie que ganase menos de 1.400 o 1.500 euros y que
por tanto ese era más o menos el sueldo medio en su país, así que yo estaba
exagerando. Sin duda
era sincera en su indignación y estoy seguro de que realmente no conocía a nadie con un sueldo inferior a esas cifras. En este país existen diferencias sociales de las de verdad. Los ricos son muy ricos y los pobres auténticamente pobres, apenas hay clase media y los
salarios de las personas que trabajan para compañías privadas,
sobre todo internacionales, están subiendo muy rápidamente, incluso
varios cientos de euros cada año. El problema es que ese grupo de
personas, a las que sin duda pertenecía la estudiante de la que os
hablo, son una minoría frente al grueso de la población que trabaja
para el Estado o desempeña labores no cualificadas.
No obstante, al margen de que en este caso yo supiera bastante bien de lo que
estaba hablando, lo gracioso del asunto es la persona que estaba
sentada a su lado, otro estudiante, en este caso un chico. Yo conocía bien su situación personal por razones que no vienen al caso.
Trabajaba, no sé si aún lo hace, en un supermercado y cobraba 300
euros al mes. Salario bastante común entre jóvenes que ocupan puestos de cajero, o son empleados por bares, restaurantes y tiendas, donde los salarios oscilan entre
300 y 500 euros con jornadas parciales, ocasionales turnos de 12 o 14
horas los fines de semana y contratos temporales.
La
cuestión que quiero resaltar es que estas dos personas, dos
estudiantes que en este caso se hallaban casualmente separados solo
por unos centímetros en el aula, vivían y seguro que aún viven en
dos realidades muy diferentes y en el caso de la chica de clase media-alta
de la que os hablo ni siquiera es consciente de ese hecho. Para ella
la realidad socioeconómica de su compañero simple y llanamente no
existe, la desconoce, pero además ni siquiera la concibe. Si le hablara al respecto aseguraría a gritos que no es verdad, mientras que él se siente demasiado avergonzado para aceptar hablar de ello abiertamente. Y aunque
no se deben hacer generalizaciones de experiencias personales
puntuales, os digo que esto de lo que os hablo es muy común. Vemos
el mundo de la manera en que queremos verlo, de la forma en que nos libra de culpa o nos satisface, de la manera en que
más nos conviene, o en que nos hace felices verlo. Y en muchos casos
simplemente no queremos saber si nuestra verdad es la verdad por lo que de forma natural nos juntamos con otras personas que ven las cosas del mismo modo que nosotros.
Recupero
ahora el hilo del relato ya para terminar. Recapitulando llegamos a que
la acción colectiva depende del examen que un grupo de
individuos hace de la diferencia entre lo que tienen y sus
expectativas, entendidas estas últimas como lo que la mayoría de los miembros del grupo piensan que deberían tener. Y lo mejor de todo es que esa valoración en muchas ocasiones
depende a su vez de un análisis completamente subjetivo de cuál es
la auténtica realidad de su propia situación como individuos, o de la viabilidad de sus deseos. Así pues tomamos elecciones "racionales" pero en ocasiones basadas en informaciones erróneas o en estimaciones muy personales de los costes y los beneficios.
Este
modelo es el que nos permite entender que los
controladores aéreos se quejen más de sus condiciones laborales que las limpiadoras de los
váteres de un aeropuerto. Que en España los primeros que se han hartado de las restricciones de la cuarentena, o al menos los que más ruido han hecho a través de una acción coordinada, hayan sido en el
fondo un conjunto de privilegiados antes que los inmigrantes
hacinados en pisos miserables de barriadas insalubres. Así como que muchos
británicos hayan votado a favor del Brexit al considerarse poco menos que víctimas de la movilidad global, todo ello mientras tomaban el sol
en playas de Alicante.
A fin de cuentas lo
que a Alfonso de Borbón le preocupa de los actuales disturbios
raciales en EE.UU. es que un manifestante estropeó la mano de una
estatua de Luis XVI. Vemos el mundo a través del cristal de nuestras expectativas e intereses particulares y eso lo condiciona todo.
Por
supuesto existen otras cuestiones a considerar a la hora de explicar
el proceso de toma de decisiones de grandes grupos de humanos, más
aún en relación con la política. Desde las tradiciones ideológicas
a las oportunidades que ofrece el contexto. Pero hoy me interesaba
centrarme en particular en el andamiaje relativo a estas cuestiones
que he explicado porque no se suele incidir demasiado en ellas en la
medida en que parecen contaminar el debate de una cierta
irracionalidad que nos resulta desagradable a la hora de proporcionar
explicaciones coherentes y cerradas de nuestros actos.
Así
cuando hablamos de la confrontación entre conjuntos de personas no solo
tenemos que estar atentos a sus posibles intereses objetivos
contrapuestos, sino que además está la cuestión del choque de
diferentes "visiones del mundo" y de distintas expectativas de futuro en base a ello.
Llegado
a este punto no juzgo, simplemente me maravillo una vez más al
comprobar que, pese a todos los avances en “ciencias” como la
economía o la sociología, aún estamos muy lejos de redactar
el libro de instrucciones definitivo sobre el funcionamiento de la
mente humana y así ser capaces de predecir nuestro comportamiento a nivel de grupo.
Puedo estar tranquilo, las próximas veinte generaciones de
pensadores sociales y humanistas van a seguir teniendo trabajo y
muchas preguntas que hacerse.
El dolor se vuelve intolerable cuando surge la posibilidad de calmarlo, no antes.
ResponderEliminarPor todo esto que narra el autor, el Espíritu Santo de vez en cuando sopla sobre el mundo y lo revolea todo para humillar a los soberbios e ignorantes voluntarios poderosos y para dar oportunidades a los miserables.
ResponderEliminarDios nos bendiga y perdone a los liberales.
Pues sí, hay mucho trabajo por hacer. Muchas gracias por el artículo.
ResponderEliminarSin embargo, creo que está siendo bastante generoso con las jóvenes pijas. Yo no concuerdo mucho con la idea de la joven pija ignorante de la pobreza de su país. A ver, seguro que las hay, como en este caso particular, pero creo que es más común el caso de la joven pija a la que se la refanfinfla la pobreza en su país. Me baso en que los retoños de las élites suelen tener una buena educación y estar mejor formados que los hijos de los pobres, así que en buena lógica, han de ser más coscientes de la "realidad" del país. La cuestión es que conocen la pobreza, pero la ignoran o la justifican con sus tradicionales explicaciones (son unos vagos, unos delincuentes, unos degenerados, unos ateos, etc). Puede ser incluso que la joven pija esté convencida de que los lituanos muy lituanos ganan todos 2000 euros, y que los que ganan menos son los inmigrantes, los rojos y los delincuentes que no son verdaderamente lituanos...
A ver, esto lo digo porque corremos el riesgo de admitir el relativismo como justificación del mal: el ejemplo claro es el nazismo, que deshumanizaba a sus víctimas para poder hacer admisible tanta crueldad. Temo que sea este el mismo caso, y estemos justificando a la joven pija por su "ignorancia" en vez de condenarla por su cinismo.
Por supuesto en todas partes abunda el tipo de pensamiento "los pobres son pobres porque no quieren trabajar" (en realidad los pobres trabajan mucho más que los ricos, la cantidad de trabajo no proporciona riqueza en la mayoría de los casos, al contrario). Pero lo que me sorprende es que de un tiempo a esta parte encuentro nuevas realidades. Por ejemplo muchos jóvenes (ricos o pobres) que realmente desconocen por completo la realidad política y económica más básica de su país. Me resulta increible preguntar a estudiantes universitarios de humanidades cosas como la población de su país o la tasa de paro y que me miren confusos porque no tienen ni la menor idea de qué número decir. O preguntarles cuáles son los barrios ricos y los barrios pobres de su ciudad y que me digan que no lo saben porque nunca se habían parado a pensarlo. Y es real. Me parece fascinante.
EliminarPero no crees que eso ha existido siempre? En la literatura hay muchos ejemplos: me viene a la cabeza ahora Scott Fitzgerald, que sentía fascinación por los ricos y los consideraba una raza superior. En "Suave es la noche" abundan los ejemplos de cómo se mezclan con otros mortales causándoles males por su indiferencia olímpica. Y si sucede esto ahora, imagina en el Antiguo Régimen o en el SXIX. La carnicería que fue la Primera Guerra Mundial no se explica sin el desprecio que sentía el Alto Mando por la chusma de las trincheras. No es que desconocieran la realidad, es que no les importaba. Como ahora.
EliminarSi, pero es una diferencia interesante. En el pasado era imposible abstraerse de las diferencias sociales. Por supuesto a las élites normalmente no les importaban, sentían auténtico desprecio por los siervos, no digamos ya por las poblaciones coloniales sometidas. Pero ni élites ni clases bajas ignoraban la amplitud de esas diferencias. Hoy en día existe tanta segregación invisible en las ciudades, nos movemos tanto, tenemos tanta información, que en ocasiones no somos conscientes de que esas diferencias siguen ahí. En ocasiones con igual intensidad que en el pasado. Solo que resultan más invisibles pese a estar a plena vista. Hemos cambiado el abierto desprecio por la ignorancia políticamente correcta. En la medida en que tanto ricos como pobres tenemos un amplio rango de opciones para elegir podemos escoger qué medios de comunicación seguir, o a qué locales de ocio ir, a qué iglesia o a qué playa ir el fin de semana, etc. para mucha gente (tanto ricos como pobres) esas diferencias se han difuminado. Y es falso. Ahora el dinero es el que marca la libertad de elección y yo nunca voy a coincidir en el mismo restaurante o en la misma fila de un espectáculo deportivo o en el mismo bloque de apartamentos que Ana Botín. Pero es como si no fuese algo evidente y dependiese únicamente de gustos y de la libre elección personal.
EliminarEso desde el siglo pasado ha ido cambiado. Las grandes corporaciones se han encargado de diferenciar grupos sociales no por su nivel económico, o no tanto, sino por sus gustos porque interesan como consumidores. Si bebes coca cola la bebes igual que la bebe Ana Botín, por lo tanto estáis más conectados que el vecino del cuarto que bebe Pepsi. Esa es la idea, y les ha funcionado.
EliminarSeñor Surena, como siga con esta sensibilidad alguno de sus seguidores habituales va a desistir. Parece usted un comunista desencantado con este tipo de comentarios.
ResponderEliminarTantos matices y sutilezas para los convencionales al uso son excesivos. Aquí poco van a comentar salvo alguna que otra boutade poética.
Me ha gustado mucho el artículo, John. Muy ameno y lleno de ideas interesantes. Me vienen muchas cosas a la cabeza ahora. Por ejemplo, siguiendo la rabiosa actualidad, cómo buena parte de la américa blanca sigue pensando que en su país no existe ya el racismo porque las leyes son iguales para todos. Ha tenido que ser un caso de brutalidad policial especialmente espeluznante el que haga visible lo que para los afroamericanos y otras minorías es la realidad de su día a día.
ResponderEliminarMe atrevo a recomendarte un par de cosas, al hilo de tu artículo. Una es un divertido vídeo sobre los sesgos cognitivos a la hora de comprar, algo que no solo se estudia, sino que se explota a diario por los expertos en marketing, https://www.youtube.com/watch?v=IY7NbSjS7YE.
La otra es una serie de artículos muy largos pero muy interesantes de Tim Urban sobre la polarización política en los EEUU. A mí me tuvo muy entretenido durante la cuarentena. Advertencia: aún no ha terminado de escribir la serie completa. https://waitbutwhy.com/2019/08/story-of-us.html
Racismo institucional, en EEUU, no hay. Eso creo que es indiscutible.
EliminarPersonas racistas sí que hay, pero eso pasa tanto en EEUU como en Malasia, China o Marruecos. El racismo personal es incombatible desde fuera; pero las consecuencias también las sufre el racista.
Es indiscutible que EEUU tiene un problema racial y que es estructural. EEUU se ha constituido desde el racismo, entre otras cosas. El matrimonio interracial se aprobó en 1969, los indígenas norteamericanos fueron diezmados.
EliminarY el fondo todo se dobla en problema social.
Claro, desde posiciones de derechas nada es social. El racismo no existe y cada uno tiene lo que se merece.
Algunos piensan que un cierto modelo político vigente es definitivo para juzgar políticamente a un Estado. Según esa regla de tres, Sudáfrica antes del fin del apartheid era una democracia; en Israel no se discrimina a nadie; y en EEUU el asesinato sistemático de negros por parte de las fuerzas del orden es una anécdota.
EliminarPor cierto, creo que todos conocemos ya lo que dice la decimotercera enmienda de la Constitución de los EEUU.
Eliminarhttps://www.elindependiente.com/tendencias/2017/02/25/el-gran-negocio-del-racismo/
Por de pronto me he visto el de los sesgos cognitivos y no por esperado deja de ser cremita. El marketing es el mal.
EliminarEs curioso, hace unos días leia que los detenidos por la revolución de 1830 en París en su mayor parte eran lo que se llamaba menestrales, los cuadros técnicos de la industria. Ahí queda. Enhorabuena por el blog, hace un par de años que lo sigo y es de mis lecturas de referencia. Un saludo
ResponderEliminarEn consonancia con el tema de tu post (o al menos eso creo) podría agregar esto:
ResponderEliminar* Luego de la independencia de las trece colonias (que por cierto no tuvo lugar el 4 de julio de 1776, sino el 3 de septiembre de 1783, dado que la primera fue la fecha de la declaración de independencia, pero el reconocimiento de la misma por parte de la corona no se produjo sino hasta la segunda fecha en el marco del tratado de París); Los futuros EEUU siguieron dependiendo de la corona inglesa por lo menos durante medio siglo más; la armada británica se encargó de defender sus costas en lo que ellos creaban una armada mínimamente decente, prácticamente todo se seguía importando de Gran Bretaña; que seguía siendo un referente además para los pesos y medidas y era además un referente cultural obligado; eso sin contar con que según leí alguna vez, habían más leales a la corona en las trece colonias que descontentos con ellas. Es decir, querían independencia en términos políticos de Gran bretaña, pero a su vez no les molestaba que esta continuara encargándose de defenderlos y abastecerlos.
*Lituania curiosamente figura en Wikipedia como un país de ingresos altos, industrializado y con un desarrollo humano aceptable y en el ranking de IDH del PNUD, esta registrado como país de desarrollo alto ¿Cómo se explica esa contradicción?
Lealistas habría muchos, pero después de la publicación de Sentido común de Thomas Paine quedaron menos porque surge el patriotismo estadounidense.
EliminarBueno, cuidado. EE.UU. e Inglaterra ya entraron en guerra en 1812. Tuvieron muchas tiranteces debido a que los EE.UU. inicialmente tenían buenas relaciones con la Francia napoleónica.
EliminarRespecto a lo otro, nada más lejos de la realidad, señal de que uno no puede fiarse de las cifras siempre, o al menos no de algunas cifras.
Es interesante cómo etiquetas a las protestas com oalgo clasista. Nada más lejos de la realidad, yo vivo en Usera y también hay protestas, el problema es que la gente tiene menos nivel cultural y no saben cómo canalizar sus quejas o protestas (bueno eso y que están aterrorizados por la propagando gubernamental). Por el contrario otros barrios tipo Alcorcón (¿pijo también según tu parecer?) unen fuerzas para protestar contra la deriva totilatarista de nuestros gobernantes. Luego nuestro glorioso lider saca a sus perros para atizar a estos nuevos fascistas, ricos y pijos.
ResponderEliminarOjo, yo no digo que todas las protestas sean clasistas. Ni en general ni ahora mismo en España. Las que ocurrieron en Madrid hace unas semanas en cambio si lo fueron, además de influidas por las disputas específicamente españolas entre partidos. Aún así en esta entrada no pretendo explicar por completo hechos concretos, solo he usado algunos para introducir algunas teorías generales que me interesaba explicar. Nada más. La entrada anterior sí iba más dirigida al caso español específico. En esta la mención a España es muy breve, fueron los eventos en los barrios bien de Madrid los que me dieron la idea, pero luego casi me interesa más la aplicación de todo esto al Este de Europa donde hay países con niveles de sindicación muy bajos, muchos problemas objetivos, muchas diferencias sociales... pero una mentalidad ultraliberal asentada en base a la idea de que ser un poco socialdemócrata ya es casi querer la vuelta del gulag. Con lo cual los que más protestan, y muy esporádicamente, suelen ser determinados grupos sociales y en base a cuestiones bastante surrealistas para los estándares normales en otras áreas de Europa.
EliminarHace 35 años, en la facultad de Derecho de una ciudad del sur. Seminario en 1° curso, sobre DDHH y cuestiones éticas. Estaríamos unos 30 o 40 empollones, tres cuartos de meapilas conservadores, el resto, de todo, de la Falange a la extrema izquierda, pero cada uno con su propio criterio crítico. Se reparten temas por pequeños grupos para trabajar y a continuación exponer. Nos toca la pena de muerte. En la exposición (estado de la cuestión, argumentos a favor, en contra, conclusiones), se nos ocurre, con el apoyo de libros especializados con cifras oficiales, de la biblioteca de la facultad, que en EEUU, se acusa a más negros que blancos, a igualdad de investigados; se condena a más negros que blancos, a igualdad de acusados; se condena a muerte a más negros que blancos, a igualdad de condenados; se ejecuta a más negros que blancos, a igualdad de condenados a muerte.
ResponderEliminarPues no. Cómo podíamos decir eso. Oigan, que son cifras oficiales del gobierno de EEUU. Que no.
Pues esa es la historia. Que cada uno se cree lo que se quiere creer. Parece ser que un grupo de meapilas sureños en 1985 no se quería creer que los negros en EEUU estaban discriminados. Cosas que pasan.
Según las cifras oficiales los negros cometen más crímenes violentos que otras razas normalizando los datos. Según esas cifras los negros sufren una violencia desproporcionada a manos de otros negros. Las cifras también dicen que las mujeres reciben condenas más suaves que los hombres por los mismos crímenes; y éstas además sufren menos condenas a muerte que los hombres por los mismos delitos.
EliminarLos datos indican además que a partir de los años 60 los negros cada vez sufren más paro laboral. Que van aumentando las familias monoparentales negras.
En cambio para los asiáticos, que empezaron de cero en la época de la construcción de los ferrocarriles, cada vez van a más. Hasta el punto en que en las estadísticas económicas de EEUU están por encima de blancos, negros e hispanos.
Cuéntaselo a mis excompañeros. Lo mismo se "hacen" asiáticos. Para ellos la cuestión, en el fondo, es la pasta.
EliminarEn realidad, la cuestión racial es cuestión social.
Pero los meapilas de derechas, esto no lo van a admitir. Y los que no son meapilas, tampoco.
Pues 35 años después te puedes ir a cualquier facultad de España, y decir que los gitanos son sistemáticamente discriminados. A ver qué te dicen...
ResponderEliminarA mí lo que me llama la atención de la movida de Floyd es la manipulación posterior.
ResponderEliminar- El caso es un asesinato, ponerlo en duda con las imágenes a la vista es de cabrones.
- No es una anécdota, es estructural.
- Es normal que los "progresistas" estadounidenses, de anarcoides a demócratas, protesten y se manifiesten.
- También es cierto que deberían cuidar la profilaxis del covid19.
Ahora bien
- Lo del resto del mundo, ¿qué es? Me refiero a los ardores que les ha entrado al progrerío desde Nueva Zelanda a Europa.
- Apesta a lo mismo que al caso de Greta Thumberg. No es el huevo, es el fuero. Una niña (UNA NIÑA) sueca da un discurso y todo el mundo la sigue.
- ¿Quién monta en cuatro días estos circos? Porque aquí no nos hemos movido por Nissam, Alcoa, Ence y demás, que nos afectan directamente. Y sí nos movemos por el pobre Floyd, a miles de kilómetros de distancia. Y en el resto de países, ídem.
- Los cayetanos se movieron y se les criticó por el fondo (privilegiados llorones; me refiero a los del barrio de Salamanca, de otros no opino) y por la forma (aquelarres rojigualdos con fachaleco y banderas por mantilla)
- Y estos progres hacen igual. Su fondo es impostado e insincero (lloran por un negro asesinado en otra galaxia, pero a los gitanos de la propia ciudad o a los obreros compatriotas no los ven) y su forma también es exagerada y riesgosa (se ha visto también mucho cachucheo)
Dicen por ahí que es un enfrentamiento entre dos burguesías, la financiera, es decir, la de los demócratas y su alférez Soros, contra la industrial o productiva, la de Trump. Por supuesto, la izquierda de los progres al servicio de los financistas, aunque no lo sepan. A ellos con que les den fiesta tienen bastante.
- No es una anécdota, es estructural.
EliminarEsto que dices es mentira.
Me parece realmente sorprendente eso que afirmas. Para muestra, un botón desde Politikon:
Eliminar"Trump ha rechazado cambiar el nombre de varias bases militares americanas que llevan el nombre de generales sureños en la guerra civil. Sí, hay un montón de bases americanas que llevan el nombre de generales que se alzaron en armas contra el gobierno de Estados Unidos para defender la esclavitud, pero lo del racismo son imaginaciones nuestras".
Es que en EEUU no van a borrar todo rastro de su pasado porque a los liberales les ofenda. Creo que ahora están tirando estatuas de Colón, Lincoln y Churchill también para combatir el racismo.
EliminarEn EEUU ya no hay leyes raciales al margen de las de discriminación positiva, que esas sí que son racismo pero es tabú criticarlas. Hasta ha habido un presidente negro.
En EEUU hay personas racistas, como las hay en todo el Mundo. Pero que esté institucionalizado es pura propaganda política.
Pues ahora que lo pienso, tiene usted toda la razón, y eso de borrar el pasado es propio de estalinistas y países poco liberales. Con lo bonitas que son las esvásticas, las águilas y los capirotes blancos y cuánta historia tienen detrás!
EliminarQué gruesa palabra.
Eliminar"Mentira"
Espero que si algún día vuelvo a pasar por aquí y replico alguna intervención tuya con palabras de ese calibre me las admitirás deportivamente.
Aquí un artículo de Roger Senserrich, que no es ningún extremista, y que lleva varios años en EEUU.
Mira, si no te gusta "estructural", aquí habla de "sistemático". Ya sé que no es lo mismo, pero también me vale.
https://politikon.es/2020/06/01/george-floyd/#
Por cierto, al negro (clarito) Obama le corresponden miles de muertos no blancos en Libia, Siria, Irak, Afganistán...
EliminarEn cambio, a Trump esto no se le puede achacar, todo lo contrario.
https://politikon.es/2020/06/08/desmantelando-la-policia/
EliminarOtro del mentiroso Senserrich.
¿Si no lo hizo el bando vencedor a qué vienen ahora los SJW a prohibir inofensivos monumentos y nombres? A inventar problemas. El norte fue conciliador y en lugar de liarse a fusilar y encarcelar, como Franco, hizo lo correcto y lo mejor para la nación. A mí no me importa que expongan a Lenin a pesar de que el comunismo me parece atroz.
EliminarEsa gente autodenominada progresista hace siempre lo mismo: cuando existe el problema y se necesita de la acción desaparecen como hizo el PSOE durante la dictadura; pero en cuanto no hacen falta surgen como champiñones exigiendo banalidades yendo de justicieros a pesar del apoyo institucional. Como las feministas también hacen.
Je, haciendo amigos, mentirosos los que discrepan, los socialistas , perdidos? cobardes? Las feministas, ídem. Pareces un chulo piscinas.
EliminarPero del racismo estadounidense, ni mu. Vas de sobrado y te quedas corto.
Es que en EEUU no hay racismo institucionalizado en los órganos de poder ¿Cómo puede ser lo contrario con lo que está pasando ahora mismo en el país con protestas y saqueos, además de que tanto en el ejecutivo como el legislativo y el judicial hay individuos de muchas razas?
EliminarVe de los hechos a las ideas y no al revés. Si quieres más instrucción me lo dices por privado y te hago un precio de amigo por consejo.
De los hechos a las ideas y bla bla bla.
EliminarY lo dice un trevijanista fatuo y vacuo, que vive en el mundo de sus ideas inermes.
Por privado le iba a mandar yo por donde amargan los pepinos, listo.
Sobre lo que está pasando en EE.UU. me gustó este texto de un blog no precisamente de izquierdas: https://politikon.es/2020/06/01/george-floyd/
ResponderEliminarEn Estados Unidos he visto bueno y malo. Resumiendo, es un gran país: grandes paisajes, gente grande, grandes objetos,grandes experiencias, gran riqueza y gran pobreza.
ResponderEliminarLa pobreza brilla oscuramente al lado de tanta riqueza. Los pobres son normalmente negros. Blancos pobres, los ves a cuentagotas.
Según la Wikipedia el 12,4% de los habitantes de EEUU son negros. Los pobres son negros y los blancos lo son "a cuenta gotas". Eso a pesar de que los que más sufren con diferencia la llamada epidemia de opiáceos son blancos.
EliminarLo que tú hayas visto no es representativo de nada ¿Has estado en todos los estados de EEUU contando?
Dices que hay cosas grandes como paisajes, gente, ¿objetos...? ¿qué es un paisaje grande? Lo que tú puedas ver es lo mismo que puede ver cualquier otro. Los ojos los tenemos más o menos en el mismo sitio en la cabeza con la misma distribución. Lo que podemos ver es lo mismo. Un día vi una nube gigantesca; ¿es eso un paisaje grande? Todos los días veo el mar y siempre parece inabarcable. Pero no vivo en EEUU.
Vivo en España y lo único que veo es blancos pobres y moderadamente ricos ¿Eso significa que los negros no son ni ricos ni pobres, o que ni siquiera existen?
Sí, claro en EEUU has visto el bien y el mal. A los ojos. Seguro que fue una experiencia apasionante y que te cambió.
Pues yo lo vi grande. Gordos descomunales que no suelo ver aquí. Cafés, cocacolas, hamburguesas, helados enormes. Los paisajes (lagos, ríos, bosques, colinas..) grandes en comparación con lo que conozco, no mucho (España, Francia, Alemania, Portugal, Inglaterra, norte de África).
EliminarEstoy contento de haber ido, pero no viviría allí y una de las razones de ello es que, no le pongo color, vi una pobreza de un modo que aquí no existe. No digo que en España no haya sitios más pobres o barrios míseros (el que quiere saber cuáles son, lo sabe, el que no quiero saber que existen, se pone su propia venda).
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-44622380
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-42315879
Propaganda antiTrump ¿Quién dice, por ejemplo, que durante su mandato el desempleo de los ciudadanos negros ha disminuido? Nadie. Durante la etapa Obama las críticas extranjeras eran mínimas a pesar de que la situación de los negros empeoró y que el premio Nobel se metió en bastantes guerras.
EliminarNo creo que EEUU sea un país idílico, pero, ¿por qué tantos millones emigran o pretenden emigrar allí?
Los medios españoles venga a darle tralla a Trump pero, ¿por qué no dicen nada sobre uno de los mayores problemas de España, que es la deuda pública? Será porque están directamente subvencionados por el gobierno de turno.
Yo no me he referido a Trump ni le he atribuido nada.
EliminarLo que yo comento es con Trump y anterior a Trump.
¿2017 y 2018? Usted no es capaz de comentar nada.
Eliminarhttps://blogs.elconfidencial.com/espana/postpolitica/2020-06-05/efectos-geopoliticos-floyd-violencia-estabilidad_2624867/
ResponderEliminarhttps://politikon.es/2020/06/17/que-es-el-racismo/
ResponderEliminarTendencioso como mínimo.
EliminarEl artículo asa por alto a los asiáticos. No hay racismo antiasiático,¿verdad? Cuando los datos económicos y sociales no cuadran entonces lo mejor es hacer como si no existieran.
censor y racista.
EliminarNo hay racismo, pero falta el racismo antiasiático.
No hay datos, dice.
Lo dicho, imbécil y esaborío a más no poder.
https://politikon.es/2021/01/29/estados-unidos-y-los-problemas-complicados/#
ResponderEliminarMecachis, que sigue siendo el mayor problema de EEUU, que sigue siendo estructural.
Pero...
Vamos a contar mentiras, tralará, vamos a contar mentiras...
Jugador de la NBA con contrato de muchos millones de dólares al año completamente cabreado porque los equipos pueden traspasarlo cuando quieran y se siente prisionero de un sistema explotador injusto.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=eaPdpTcKNLA&feature=youtu.be