domingo, 18 de octubre de 2020

Una Historia del Islam que no le va a gustar a nadie (I): La vida de un trepa

 

Un día un hombre paseaba por la ciudad en una magnífica noche de luna llena y al llegar a una gran plaza se encontró con un sabio sufí amigo suyo. El hombre se aproximó y le preguntó a su amigo qué hacía allí y éste le respondió que estaba buscando algo que había perdido. Como la plaza era muy grande el hombre, deseoso de ayudar a su amigo a buscar, le preguntó que si sabía más o menos dónde había perdido aquello que buscaba. Y el sabio le respondió que creía haberlo perdido en alguna parte de la biblioteca de su mansión. Dado que la casa de su amigo se ubicaba bastante lejos de aquella zona de la ciudad el hombre, sorprendido por la respuesta, le preguntó entonces al sabio por qué estaba buscando allí, en la plaza, lejos de su casa, lo que había perdido. Entonces el sabio lo miró y le dijo: porque aquí hay más luz.

Cuento islámico



Ha pasado otra vez, nuevamente en Francia. Como sabéis el viernes decapitaron a un profesor de Geografía e Historia que había mostrado en clase caricaturas de Mahoma para hablar de la libertad de expresión. Ese hecho ha sido la espoleta que me ha motivado para publicar una serie de entradas que hace mucho tiempo que tengo en la cabeza pero siempre pospongo porque no tengo tiempo, porque estoy cansado, porque últimamente además el coronavirus está siendo un problema gordo para los profesores y porque siempre pienso que para no meter la pata tengo que documentarme un poco más, confirmar este dato o el otro, conseguir aquel artículo que tengo en la lista pero no he tenido tiempo de buscar… Pero como digo esta noticia del viernes me ha hecho pasarme el fin de semana casi sin dormir, escribiendo, para al menos aportar mi granito de arena al esfuerzo colectivo de iluminar con un poco de conocimiento las tinieblas que parecen engullirnos.