- En algunas religiones
se cree que el huevo simboliza el alma. ¿Lo sabía?
- No, no lo sabía.
- ¿Le apetece uno?
Robert
de Niro y Mickey Rourke en “El corazón del ángel”
La semana pasada estuve
en Ucrania. Es un país muy interesante aunque desaprovechado: debido a los ecos del
conflicto con Rusia en el Este y, claro, también al miedo a la envenenada herencia de Chernóbil, la mayoría de
turistas occidentales que acuden a la zona son hombres en busca de un polvo barato con
alguna joven guapísima. Lo cual, todo sea dicho, no es una buena idea ya que lo
anterior a su vez explica que Ucrania sea uno de los países de Europa con mayor
porcentaje de enfermos de SIDA, particularmente en el caso de la población
femenina urbana.
Es una pena porque Ucrania es asimismo
un país que dentro de sus fronteras cuenta con algunas playas decentes en el
Sur, en la zona de Odessa, precios bajos, monasterios y catedrales
impresionantes (si bien muchas se encuentran en proceso de
restauración/reconstrucción debido a los estragos que causó en la zona la II
Guerra Mundial), pero sobre todo es un país que está dotado de un cierto exotismo en un mundo en el que cada vez todo es más
homogéneo pese a las supuestas diferencias.
Y esto último también se nota en el campo de la arqueología debido a la peculiar historia de la zona y
las singularidades de las culturas que conformaron las primeras etapas de
civilización en aquella parte del mundo.
La cuestión es que en la típica campaña de
excavaciones de verano este año ha logrado cierto eco el hallazgo de una tumba de la cultura
Wysocka. Se trata de restos procedentes de una sociedad en transición entre el
Bronce y el Hierro a finales del II milenio y comienzos del primer milenio
antes de nuestra era, ubicada en la zona occidental de la actual Ucrania en las
proximidades de Lviv (de hecho el nombre de dicha cultura se tomó a principios
del s. XX de una aldea de la región llamada Wysocko Wyzne).
En cualquier caso la cultura Wysocka acabó desapareciendo en las brumas de la historia, quizás bajo la influencia escita, y puede decirse que no posee
demasiado interés hoy en día. Ahora bien, la tumba que fue dada a
conocer hace poco si que posee cierto interés, al menos periodístico, debido a cuestiones digamos
estéticas ya que ofrece la potente imagen de lo que parece ser una pareja
abrazada aun después de muerta.
Algunos han querido ver en lo anterior una
historia de amor. En cierta forma una de las primeras historias de romanticismo y
devoción con tintes poéticos tal y como nosotros entendemos esos conceptos.
Pero claro, las
apariencias pueden resultar engañosas a la hora de interpretar restos del
pasado a la luz de nuestros valores y obsesiones, máxime en culturas exóticas
de un área que no conocemos bien, un ejemplo de lo cual ya os lo puse a través
de Facebook hace algunos meses con esta foto de los restos de un niño sármata con
una deformación craneal intencionada encontrado en Crimea.
Lo cierto es que existen
diversas tumbas neolíticas mediterráneas como los amantes de Valdaro que muestran ese tipo de posicionamiento de los
cadáveres, y sobre todo es algo que se documenta con cierta
frecuencia en los enterramientos propios de pueblos de la estepa en la época de
los metales, por ejemplo en el caso de la cultura de Andronovo.
El problema es en qué
medida donde nosotros vemos amor romántico y cariño (basándonos sobre todo en
la posición de los difuntos) hay matices que para nuestra moral pueden resultar
inquietantes.
De hecho los análisis de
este tipo de tumbas normalmente indican que uno de los miembros de la pareja,
la mujer en concreto, se suicidó o -más probablemente- fue sacrificada durante
el ceremonial del enterramiento del hombre. Eso más que de amor nos habla también de
posesión, dominación y culturas patriarcales donde la esposa no debía
sobrevivir al marido si este detentaba una determinada posición, o donde los ritos funerarios se mezclaban con un culto a
la fertilidad o con algún tipo de esperanza de reencarnación para lo cual el
varón era acompañado de una fémina, no necesariamente su esposa, quizás una
esclava, en la muerte. Tras lo anterior en determinadas ocasiones, sin que esté clara para nosotros la razón, se enterraban sus cadáveres y al hacerlo se tenía mucho cuidado en colocarlos específicamente en el tipo de posturas del que hablamos, recreando de esa forma la iconografía "amorosa" de alguna leyenda, relato oral o credo religioso perdido. Simplemente por ahora nos faltan elementos del puzzle de cara a entender el sentido de tales disposiciones.
Aunque, también podemos pensar que detrás de todo eso, más allá de las cuitas arqueológicas sobre las mentalidades propias de cada tiempo y cultura, en el fondo, de alguna manera, se encontraba el amor. Lo cierto es que nunca lo sabremos con total seguridad porque el amor es una cuestión que atañe a las personas implicadas mientras que los demás solo miramos desde fuera y, en este caso, desde muy lejos en el tiempo. Quizás incluso con cierta envidia y desazón, a veces con desasosiego.
Aunque, también podemos pensar que detrás de todo eso, más allá de las cuitas arqueológicas sobre las mentalidades propias de cada tiempo y cultura, en el fondo, de alguna manera, se encontraba el amor. Lo cierto es que nunca lo sabremos con total seguridad porque el amor es una cuestión que atañe a las personas implicadas mientras que los demás solo miramos desde fuera y, en este caso, desde muy lejos en el tiempo. Quizás incluso con cierta envidia y desazón, a veces con desasosiego.
Parece que hay algo más detrás de esta entrada.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Entre esta entrada y la anterior ando despistado. Algo ha cambiado en este blog, y no sé lo que es.
ResponderEliminarQuizás demasiada información personal. Pero no es algo que se vaya a sostener en el tiempo. Solo una casualidad.
ResponderEliminarInvita a hacer arqueología del lenguaje y comprobar si el término "amor" y su poliédrica dimensión actual tiene profundas raíces. Intuyo que no.
ResponderEliminarComo nadie lo ha preguntado os aclaro que las ilustraciones de cómic de la última imagen son un montaje a partir del cómic "Le Feul" una pequeña maravilla de ciencia-ficción en tres albumes que os recomiendo si podéis echarle mano. Es una pena que solo se pueda encontrarse en francés, me temo.
ResponderEliminarYo creo que va haciendo falta que hagas una entrada sobre comics.
ResponderEliminarEs una idea, desde luego, ahora no tengo tiempo pero me gustaría hacerla.
EliminarLo que está claro es que no fueron los finados los que adoptaron esta postura sino que fueron quienes los enterraron los que situaron así los cadáveres.
ResponderEliminarDescubren que los "amantes de Módena" eran dos tíos, quizás soldados o familia.
ResponderEliminarhttps://www.abc.es/cultura/abci-descubren-amantes-modena-eran-realidad-pareja-hombres-201909130858_noticia.html