viernes, 7 de febrero de 2014

El Triángulo de los cojones



      "Cuando oigo un retumbar de cascos pienso en caballos no en unicornios"
      Sigourney Weaver, Luces rojas






       Ayer en uno de sus artículos de “divulgación” el diario ABC nos informaba de un importante descubrimiento:

“el mar siempre ha sido un lugar misterioso para los seres humanos, y cuando el mal tiempo o la mala navegación están involucrados, puede ser mortal. No hay evidencia de que las desapariciones misteriosas ocurran con mayor frecuencia en el Triángulo de las Bermudas que en cualquier otra área grande y transitada del océano

 Podría decirse que la noticia consiste en tener que aclarar esto. Por tanto no deja de fascinarme la resistencia a morirse que tiene este viejo mito y su pervivencia en el imaginario colectivo. Así las cosas haré aquí mi pequeña contribución explicando, una vez más, su trasfondo, a ver si acabamos de una vez con él. 

¡Por favor, no me vengan más con esa tontería del Triángulo de las Bermudas!     
     Carl Sagan

 El Triángulo de las Bermudas es una zona marina con forma de triángulo (obviamente) de unos 1.500 km de lado situada en el océano Atlántico entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Florida.

La anterior es un área que reúne dos características particulares. En primer lugar es una región donde existen fuertes corrientes marinas, lo que agiliza la velocidad de la navegación pero también la hace más peligrosa (sobre todo porque coincide con un sector de la atmósfera donde también son frecuentes los huracanes y las tormentas).

 En segundo lugar, ya desde el s. XVI, se trata de un sector del océano que por diversas razones políticas, económicas y geográficas es muy transitado en lo tocante a la navegación marítima.  En origen eso se debía a que muchos barcos relacionados con el llamado "comercio triangular" atravesaban esa zona del océano. Más cerca del presente la zona sigue siendo un lugar de paso para muchos buques, en este caso de mercancías o de recreo en relación con su relativa proximidad a una potencia económica como los EE.UU. (y su cercanía también a una zona de paso estratégica como el canal de Panamá). Finalmente la aviación comercial también ha tenido que incluir la zona en sus rutas por su ubicación entre EE.UU. y Europa así como por encontrarse muy cerca de diversas zonas turísticas. 

Pues bien si sumamos lo primero (la relativa frecuencia de huracanes y fuertes corrientes marinas en la zona) con lo segundo (zona de paso estratégica, muy transitada históricamente por la navegación y luego también por la aviación), lo normal es que en dicha inmensa área se documenten numerosos hundimientos y accidentes.

Sin embargo el “misterio” no ha dejado de nutrir abundantes artículos sensacionalistas, documentales y sesudos debates. Habrá entonces que preguntarse el por qué. 

"El tan comentado triángulo de las Bermudas no es tal punto de desapariciones misteriosas, sino un simple montaje publicitario que radica en el interés de ciertas empresas editoriales por vender libros. Un camelo"
       Jacques Cousteau

Senso estricto y pese a que los creyentes en el “misterio” han reportado múltiples sucesos supuestamente extraños (y recalco lo de supuestamente) ocurridos en dicho triángulo remontándolos cada vez más atrás en el tiempo -incluso hasta los albores del s. XV- lo cierto es que los orígenes de la leyenda se sitúan en los años 50 del siglo pasado. Nunca antes de esas fechas nadie le había dado importancia al supuesto “misterio” porque de hecho nadie se había fijado en que existía uno.  

Sin embargo en 1951, E. V. W. Jones –por entonces periodista de Associated Press- escribió un artículo respecto a algunos barcos perdidos en la zona de las Bahamas en el que no aportaba más datos. Lo dejaba caer, por así decirlo. A partir de una reelaboración propia de esta noticia para hacerla más atractiva, poco después, concretamente en el año 52, en la revista esotérica Fate, un tal George X. Sand (probablemente un pseudónimo) alertó por primera vez sobre varias “misteriosas desapariciones” acaecidas, según él, “en un triángulo con vértices en Florida, Bermudas y Puerto Rico". Acababa de nacer el Triángulo de las Bermudas, aunque aún no con ese nombre.  

Desde ese momento y hasta mediados de los años 70 no dejarían de crecer las publicaciones sobre "sucesos extraños" ocurridos en la zona. De esta forma doce años más tarde, en 1964, el periodista sensacionalista Vincent H. Gaddis por fin bautizó la zona como “el triángulo mortal de las Bermudas” en la revista Argosy. De esa forma quedaba plasmado por fin el apelativo definitivo mediante el cual haría fortuna el “misterio”. 

Así las cosas al año siguiente el bueno de Vincent publicó un libro de gran éxito titulado Invisible Horizons: True Mysteries of the Sea donde incluía un capítulo dedicado precisamente  a “el mortal triángulo de las Bermudas”.  

 Finalmente en los años 70 el escritor de ciencia ficción y lingüista Charles Berlitz publicó dos libros, El triángulo de las Bermudas (1974) y Sin rastro (1977), de los que vendió millones de ejemplares los que contribuyó a asentar definitivamente el mito. Según Berlitz solo existían dos explicaciones posibles para las continuas y misteriosas desapariciones de barcos y aviones en la zona: “que los ovnis estén secuestrando gente o que todo se deba a la  actividad atlante en la zona". Aunque el autor siempre se inclinó más a lo largo de su obra por la segunda explicación propuesta lo cierto es que, debido sobre todo a la influencia del cine, fue la primera de ellas la más difundida. 
 
 De hecho el suceso más conocido de desapariciones publicitado por los “investigadores” del fenómeno del famoso triángulo pronto pasaría a ser sin ninguna duda el llamado Vuelo 19, el cual se saldó con la pérdida de seis aviones y veintisiete hombres el 5 de diciembre de 1945. Cinco torpederos TBM Avenger y sus catorce tripulantes se esfumaron aquel día –“de condiciones meteorológicas ideales”, según Berlitz- mientras participaban en un vuelo de adiestramiento. Cuando se perdió el contacto con ellos un hidroavión con trece hombres despegó en su búsqueda. También desapareció. Nadie ha encontrado hasta hoy restos del Vuelo 19 cuyos aviones aparecían intactos en el desierto de Sonora al inicio de Encuentros en la tercera fase (1977) y cuyos tripulantes salían, al final de la película, de una gigantesca nave nodriza extraterrestre. 

Tras todo esto en los últimos treinta años nada particularmente nuevo se ha añadido al mito que es recuperado cíclicamente, sobre todo por el medio televisivo cada vez que nace un nuevo programa de misterio, o a través de diversas producciones de serie B que de vez en cuando se emiten.  

La leyenda del triángulo de las Bermudas es un misterio manufacturado. Empezó a causa de una investigación descuidada que fue perpetuada por escritores que, consciente o inconscientemente, se sirvieron de errores, razonamientos incorrectos o simple sensacionalismo
       Lawrence David Kusche

No obstante justo poco después de la publicación de El triángulo de las Bermudas por parte de Charles Berlitz, a Lawrence David Kusche, bibliotecario de la Universidad de Arizona y piloto, se le ocurrió comprobar cuánto había de cierto en los sucesos narrados por los divulgadores del misterio, con especial atención a esa obra de su contemporáneo Berlitz. A este respecto la detallada y documentada investigación de Kusche fue concluyente. En primer lugar las estadísticas de las "desapariciones misteriosas de barcos y aviones" mencionadas por los autores mencionados más atrás fueron exageradas debido a una pobre investigación y llegaron a incluir casos de embarcaciones que no desaparecieron sino que solo estuvieron oficialmente perdidas durante algunas horas. Por si fuese poco los autores mencionados llegaron a trasladar al triángulo desapariciones de buques ocurridas en otras zonas distantes en ocasiones cientos de kilómetros del famoso triángulo para así poder inflar las estadísticas de desastres en el área.  

En segundo lugar Kusche demuestra que en los informes de Berlitz hay muchas mentiras y exageraciones incluso en relación a las circunstancias de las auténticas desapariciones confirmadas. Por ejemplo, cuando Berlitz informaba que un barco se había perdido en un día de sol resulta que los informes del tiempo de esa fecha archivados por la guardia costera y consultados por Kusche indicaban casi por sistema una tormenta tropical, hecho que también ocurría en lo concerniente al famoso Vuelo 19.

Teniendo todo esto en cuenta Kusche apunta varios hechos. Uno es que en el seno del famoso triángulo la proporción entre buques y aviones que colisionan o se hunden frente a los que atraviesan sin problemas la zona no es significativamente mayor que en cualquier otra área del océano y las ligeras variaciones se deben que en el área del "triángulo" son frecuentes las tormentas tropicales repentinas, como ya se ha comentado. Asimismo la desaparición total de los restos de algunos barcos no debería considerarse rara debido a la presencia de fosas marinas de mucha profundidad y de fuertes corrientes en la zona las cuales dispersan los restos por el fondo marino y hacen muy difícil la localización precisa de los mismos. 

Las investigaciones de  Kusche se publicaron en un libro mucho menos conocido que los de Berlitz titulado El misterio del triángulo de las Bermudas solucionado (1975), el cual pasó prácticamente desapercibido y no le sirvió para hacerse rico y famoso; a diferencia de casi todos los nuevos publicistas del “enigma” quienes desde entonces de vez en cuando añaden algún matiz o variación al mismo pero normalmente siguiendo las estrategias y parámetros ya fijados por sus inventores (o sea exagerar algún naufragio, rodear de un halo de misterio alguna desaparición, inventarse directamente otras, etc.). Por todo ello, hoy en día, se considera al “misterio” del triángulo de las Bermudas como unos de los casos más claramente cerrados en cuanto a supuestos enigmas que recorren la cultura popular. Pero ahí sigue el maldito, inasequible al desaliento.  

Por eso hoy me pareció pertinente dedicar unos párrafos a esta tontería ya que en el mencionado artículo del ABC ni siquiera se encuentra bien explicado el complejo trasfondo de todo este ridículo asunto.  

4 comentarios:

  1. Ya no me acordaba de Berlitz, mi memoria me ha traicionado y creía que ese libro del triángulo de las Bermudas lo había escrito también Daniken xD
    Desde luego el libro dando una solución creible no tuvo ningún éxito. Yo tampoco lo conocía, la primera vez que lo he visto, por cierto, es en tu blog. Está claro que vende el morbo inventado, la realidad no gusta ni entusiasma, por eso nadie recuerda ese último libro, se perdió junto a otros del mismo estilo, como lágrimas en la lluvia...

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  2. Al final todo se reduce a la ilusión de un niño deseando inconscientemente ser engañado por el mago que realiza un truco. Deseamos ser engañados de vez en cuando para introducir algo de misterio en unas vidas donde los fríos datos y la lógica lo recubren todo. En el mundo contemporáneo cada vez quedan menos espacios libres a la imaginación o la especulación y, de alguna forma, parecemos necesitarlos por lo que a veces nos los inventamos o dejamos a otros que lo hagan.

    De todas formas esta historia en concreto no es tan desconocida. Yo me he limitado a recoger lo que otros libros y divulgadores de estas cuestiones ya han publicitado ampliamente. En ese sentido hay más historias de estas que hace tiempo que han sido aclaradas (como los famosos craneos de cristal aztecas o mapas como el de Piri Reis o el supuesto mapa de Vinland) pero que sin embargo por lo que sea se niegan a morir como si nadie quisiera enterarse porque les fastidia la diversión.

    En todo caso yo voy a centrarme aquí sobre todo en creencias sobre el pasado histórico puramente dicho que son falsas pero aún así se resisten o en el pasado se resistieron a desaparecer contra toda lógica, un poco de la misma forma que la leyenda del Triángulo, la puede servir apenas como ejemplo de los mecanismos que sigue un pseudomito para nacer y difundirse. De esa misma forma dentro de poco quizás dedique una entrada, por ejemplo, a los famosos "protocolos de los sabios de Sion" cuya difusión masiva, por ejemplo en ambientes nazis durante los años 20 y 30 se produjo años después de que fuesen probados como indudablemente falsos. En consecuencia resultó fascinante como millones de personas en Rusia primero y Alemania después simplemente ignoraron ese pequeño "detalle" e incluyeron en su imaginario la existencia de unos supuestos registros de una conspiración judía internacional. En ese caso el mito en parte tuvo consecuencias indirectas muy tangibles y nada inocentes como el colaborar a su manera en plantar la semilla del genocidio que se produjo durante la II Guerra Mundial. Porque al fin y al cabo a veces hay pequeñas creencias, pequeñas mentiras, que acaban teniendo consecuencias muy reales.

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  3. Gracias por el artículo. De todas formas creo que la historia es demasiado atrayente como para que por mucho que se demuestre su falsedad, se finiquite.

    A mi me atrajo la historia del Triangulo de las Bermudas de crio, hace muchos años. Siempre sale algo que despierta tu interés y empiezas a buscar información y claro, todo se basa en afirmaciones... Me olvidé del tema y nunca me lo había planteado, por eso me gusta encontrar esta versión de la historia.

    Pero esto pasa siempre y seguirá pasando. Hay bulos por internet, cientos de ellos, que se demuestran falsos pero la gente los sigue compartiendo... por ingenuidad, porque la explicación no interesa y no tiene el mismo impacto mediático, por sensacionalismo... es inevitable.

    De vez en cuando salta una nueva noticia falsa en redes sociales y la gente la comparte como si no hubiera un mañana; dos días después se demuestra que es un bulo y nadie se entera, porque a la gente ya no le interesa.

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  4. Lo de los aviones desaparecidos es gracioso realmente, especialmente en la 2GM: Los aviones se tenían que guiar a ojo y por brújula en muchas partes del oceano, por lo que cualquier error no corregido y acababan yendo en dirección contraria como se descuidaran. Si ha dejado de pasar(bueno, esto en un periodo más de la guerra fría), más que por radiobalizas , que es lo que la gente cree, es por los sistemas de guia inercial, que no requieren de información externa ( calculan donde está el avión mediante un ordenador, giroscopios acelerometros etc , a partir de la posición inicial). Lo cúal enlazaría con el por qué no tenían ni %&$@ idea de donde ha acabado el avión de Malasya Airlines que se ha perdido en el Indico. Básicamente por que aparte de algún radar militar que estaba apagado por cosas de presupuesto y tal, ahí hay una zona sin "cobertura" de nada, y tiran de inercial y alguna correción por GPS cuando entra señal(un poco dramatizado eh).


    P.D:Es gracioso que el tal Charles Berlitz pensara que lso Avenger flotaban...cuando estos tenían una enorme bodega interna para armas que le entraba agua facilmente, y además, estaban cargaditos de blindaje. Supongo que es lo que le convenía decir al tipo para vender libros.

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