jueves, 20 de abril de 2017

El despertar del dragón


- Mao empezó solo con algunos miles de hombres y con el tiempo se apoderaron de medio continente...

- Mao está muerto. Al igual que su China.

“House of cards”, episodio cinco de la segunda temporada.


- Dejad dormir a China, porque el día que China despierte el mundo temblará.

 Cita apócrifa atribuida a Napoleón.





El arte es parte de la superestructura cultural de una sociedad o de una civilización y por tanto responde a las grandes transformaciones económicas y políticas que se producen en el seno de los colectivos humanos así como a los cambios de hegemonía entre naciones y de los modos de pensar entre las élites. Hoy intentaremos reflexionar sobre un ejemplo muy claro y actual de todo esto que afirmo a la vez que concluyo algunos razonamientos que inicié hace ya más de dos años en esta otra entrada del blog. 

Veamos. Hace algunas semanas una icónica imagen de arte pop, creada por el pintor Andy Warhol inspirándose en el histórico líder comunista Mao Zedong, se vendió por más de diez millones de euros en Hong Kong, en una subasta auspiciada por la firma londinense Sotheby's.

   Se trataba de uno de los veintidós Mao de una serie de retratos que el citado Warhol realizó en 1973. Como viene siendo habitual la reciente venta del cuadro al que me he referido mostró algunas de las tendencias de las que vengo hablando desde hace tiempo en mis artículos sobre el mercado del arte, entre ellas la revalorización continua de este tipo de piezas ya que ese mismo cuadro se había vendido por algo menos de 9 millones en Londres en 2014. Por otro lado vemos una vez más como en torno a este tipo de transacciones se mueve muchísimo dinero incluso de forma indirecta ya que el nuevo propietario del “Mao” en cuestión, al margen del importe de la venta propiamente dicha, se deberá dejar en torno a otro millón y medio de euros en comisiones y pagos relacionados con la operación.

Pero sin duda es el carácter simbólico de todo esto lo que me interesa. De hecho el Warhol más caro de la serie sobre Mao es un retrato a gran escala que fue adquirido en Nueva York por unos 16 millones de euros y acabó en las manos del magnate hongkonés Joseph Lau en 2006. Con la nueva venta de alguna forma se termina de cerrar el círculo. El líder comunista convertido en ridículo icono pop durante los años setenta pasa a su vez a ser objeto en la actualidad de transacciones obscenas en el seno del mercado capitalista con destino a las manos de las clases privilegiadas de un país donde la retórica oficial pretendió durante décadas haber terminado con las indecentes diferencias sociales. 

viernes, 7 de abril de 2017

El país de los que ganaron la guerra


¿Sabe usted quien ganó la guerra?. No, usted no lo sabe. Verá, la guerra la ganaron los curas y la perdieron los maestros.

Neckan




Hoy toca hilo de fotografía. Y ya va siendo hora de dedicar uno a España. Ahora bien, como es lógico debido al tradicional atraso de ese país, resulta muy complicado encontrar buenas fotografías de alta calidad realizadas durante el s. XIX. Dicho lo cual, la verdad es que lo anterior tampoco es algo imposible. Al menos si nos conformamos con el humilde blanco y negro. Es decir para esos tiempos existen interesantes fondos fotográficos producto particularmente del esfuerzo de varios fotógrafos de origen extranjero, a destacar entre ellos el galés Charles Clifford (1820-1863) y el francés Jean Laurent (1816-1886).

jueves, 9 de marzo de 2017

En passant par Marseille


El hombre es en el fondo un animal salvaje, una fiera. No le conocemos sino domado, enjaulado en ese estado que se llama civilización. Por eso retrocedemos con terror ante las explosiones accidentales de su naturaleza. Que caigan, no importa cómo, los cerrojos y las cadenas del orden legal, que estalle la anarquía, y entonces se verá lo que es el hombre.

Arthur Schopenhauer






En mi última entrada hablé de fascistas, de nazis y de intelectuales. Pero lo hice desde mi tradicional perspectiva pesimista. Por ello me centré en los vínculos, en muchos casos hoy olvidados, de diversos intelectuales europeos con el totalitarismo de ultraderecha en auge durante la época de entreguerras del siglo XX. Sin embargo falta una parte de la historia. Una parte al menos parcialmente positiva. Una parte que nos remite a ese pequeño espacio de bondad que siempre ha existido, pese a todo, en el alma humana. Me refiero a la otra cara de la moneda, a los miles de intelectuales que no comulgaron con el fascismo o el nazismo, algunos de los cuales acabaron nutriendo por ejemplo la Exilliteratur. Aunque para hacer eso me voy a centrar, como hilo conductor, en la historia del pobre tipo que los salvó a casi todos y del que, por supuesto, hoy no se acuerda nadie.

domingo, 26 de febrero de 2017

Crimen y castigo

¿Sabes quién muere por su país, chico? Los idiotas, esos.

Steve Buscemi, “Boardwalk empire”, 1x01



               


Hoy pienso hablar del totalitarismo fascista que se extendió por Europa en el período de entreguerras del s. XX. O más bien de su legado. Al respecto voy a intentar resumiros tres ideas bastante incómodas de las cuales las dos primeras son relativamente conocidas mientras que la tercera es en cambio una pequeña contribución personal. 

sábado, 11 de febrero de 2017

Estilo Llongueras


El arte siempre es político sobre todo cuando nos dicen que no lo es.

Sense8, episodio 13





De cara a comprender la forma en que las diferencias culturales condicionan el arte resulta muy útil contraponer la estatuaria griega y la romana. Como es bien conocido los romanos no solo fueron grandes admiradores de la escultura griega (de hecho la mayor parte de estatuas "griegas" que hoy conocemos son en realidad copias romanas) sino que además, debido a lo anterior, también emplearon a múltiples artistas de ese origen para decorar mansiones y edificios públicos por toda Italia. Sin embargo, a pesar de lo anterior, el sentido práctico del pueblo romano y su diferente trayectoria histórica como sociedad, la cual había llevado a los romanos a experimentar la influencia previa de la cultura etrusca, dotó a las esculturas romanas de unas características distintivas propias.

sábado, 28 de enero de 2017

Si yo fuera rico


Para entender hacia dónde vamos no hace falta fijarse en la política sino en el arte.

Ryszard Kapuscinski




Con el nuevo año me siento obligado a publicar una de mis tradicionales entradas sobre el mercado del arte para echar un ojo a las cosas llamativas que a mi juicio han ocurrido en él durante los últimos meses.

En general se identifican tendencias de las que ya os he hablado en anteriores entradas. En primer lugar continúa o al menos se sostiene la elevada cotización otorgada a las grandes obras de un puñado de autores, sobre todo contemporáneos y más en concreto de la postguerra mundial, a mi juicio aumento casi constante de los precios ligado a procesos especulativos y a la burbuja que se ha incubado en el mercado del arte desde hace una década más o menos. Es la consecuencia de analizar el arte como un activo financiero y las grandes subastas como un campo de batalla entre fondos de inversión, los cuales llevan unos años adquiriendo obras de arte basándose en algunos casos en puros algoritmos matemáticos para predecir la posible revalorización de determinadas obras y artistas a varios años vista.

sábado, 21 de enero de 2017

Gran problema en la pequeña España (Ya llega. Se acerca... Es la PUTA VENGANZA DE HONG)


    Todas las religiones son una respuesta estúpida a una pregunta estúpida.

“Peaky Blinders”, capítulo tercero de la tercera temporada.




A lo largo de este blog he dedicado algunas entradas a intentar explicaros una intuición personal. A saber, que lo que está ocurriendo en España de un tiempo a esta parte posee inquietantes conexiones con China y que debido a ello sin duda es la población china la que mejor puede comprender nuestra realidad presente. Lo cierto es que cuanto más lo pienso más me doy cuenta de que esos cabrones nos tienen calados. Y a raíz de la última entrada que he escrito, dedicada a los problemas del sistema educativo español, dicha idea no ha hecho más que reforzarse.  

viernes, 30 de diciembre de 2016

Los que te fockan


Hay que extender la sensación de dominancia eliminando sin escrúpulos a todo aquel que no piense como nosotros.

(General Mola citado por Hugh Thomas) 


                  



Supongo que casi todos mis fieles lectores os habréis enterado del reciente revuelo mediático que se ha montado en torno a Fernando Suárez, rector de la Universidad pública Rey Juan Carlos de Madrid. Todo empezó cuando hace unas semanas salió a la luz pública que él, máxima autoridad de dicha institución académica, había cometido plagio en varios textos presentados como propios. La cuestión es que a raíz del mencionado escándalo se ha ido descubriendo, mediante sucesivas revelaciones, que en realidad casi todo el currículum de ese individuo había sido construido mediante trampas semejantes. La última vez que consulté noticias al respecto ya eran más de diez las publicaciones firmadas por él en las que había recurrido a la copia de trabajos pertenecientes a otras personas.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

La conjura de los rancios


La nación es una sociedad unida por ilusiones sobre sus ancestros y el odio común a sus vecinos.

William Ralph Inge




Hoy voy a permitirme una pequeña digresión y con ello posponer nuevamente por tiempo indefinido la prometida segunda parte del artículo que subí hace poco sobre el colapso de las últimas grandes civilizaciones precolombinas a manos de tropas hispanas durante el s. XVI. 

El caso es que en relación con dicha entrada me llegó por correo una recomendación concreta muy interesante sugiriéndome usar algunos cuadros de Augusto Ferrer Dalmau para ilustrar con más imágenes el texto que colgué en mi blog. No sé si conocéis a dicho pintor español, muy en boga en ciertos círculos en la actualidad, gran amigo de Arturo Pérez Reverte y especialista en pintura de tipo historicista y más en concreto de tinte “militarista”. Aunque supongo que una búsqueda en Google despejará vuestras dudas.

Pues bien, tras mucho pensarlo he decidido dedicar la entrada de hoy a despotricar sobre una de mis obsesiones perennes: la presencia subyacente de ideología en el arte.

lunes, 5 de diciembre de 2016

La última cena


- A diferencia del señor Medici yo no pretendo entender el arte… o la mente de un escultor sodomita como Donatello. ¿Es verdad que tenía la intención de representar Florencia con su David?.

- Sí. El joven que venció a Goliat podría ser asimilable al triunfo de nuestra República.

- Pero, ¿dónde dice la Biblia que Goliat fue vencido por un chico desnudo que parece una chica?.

“Medici, masters of Florence”, episodio octavo de la primera temporada.


                       


A comienzos del mes pasado ocurrió algo interesante y no quiero dejar correr más el tiempo sin contarlo.

Todo el que alguna vez haya estudiado un poco de Historia del Arte occidental conoce a Giorgio Vasari (1511-1574) autor de uno de los libros más destacados a ese respecto: Le Vite de' più eccellenti pittori, scultori, e architettori da Cimabue insino a' tempi nostri, una especie de “quien es quien” en el mundillo del arte italiano de la época publicado en torno a 1550 y que desde entonces se ha convertido en una fuente de información fundamental para conocer algunas interioridades del Renacimiento italiano. 

Tal es su influencia (de hecho durante mucho tiempo los artistas no citados por Vasari es como si no hubiesen existido) que dicha obra también ha sido asimismo la base de docenas de mitos, errores, anécdotas poco fiables atribuidas a diversos artistas y en general de una interpretación tendenciosa del Renacimiento con la ciudad de Florencia como centro, visión que tal vez ha pecado de minusvalorar otros grandes centros artísticos del período, como por ejemplo Venecia, debido a que por entonces la Serenísima no se encontraba en buenos términos con la urbe Toscana, o con Roma, las dos ciudades favoritas de Vasari y en las que desarrolló la mayor parte de su carrera y su vida. Pero sin duda también a través de esos errores y defectos se puede reconocer la influencia monstruosa que el libro de Vasari ha tenido durante siglos en cientos de bibliófilos y autores especializados.

Sin embargo Vasari no se limitó a escribir, fue también un respetado arquitecto y un pintor cuanto menos competente que, como muchos otros en su época, pintó escenas típicas de los Evangelios, muy en especial una en concreto: La última cena. Su versión, originalmente creada por petición de un convento benedictino, vio la luz en 1546 y, si bien es mucho menos famosa que la realizada por Leonardo da Vinci medio siglo antes, era considerada en Florencia como una obra cuanto menos relevante.